El 1 de mayo, en el marco de la conmemoración del Día del Trabajo, sindicatos, colectivos laborales y organizaciones sociales se dieron cita en las calles de Toluca para exigir cambios urgentes en las condiciones laborales del país. La movilización, que partió desde el Jardín Zaragoza y culminó frente al Palacio de Gobierno, reunió a miles de trabajadores de diversas organizaciones, quienes alzaron la voz en favor de la implementación de una jornada laboral de 40 horas con un pago correspondiente a 56 horas, la erradicación definitiva del outsourcing y el cumplimiento de los derechos laborales.
Los participantes en la marcha fueron agrupaciones provenientes de distintos sectores y organizaciones, entre las que se incluyen telefonistas, miembros del Frente Popular Revolucionario, la Unión Nacional de Trabajadores del IMSS, el Sindicato Nacional del Monte de Piedad y el Sindicato de Trabajadores de la Educación. Todos ellos coincidieron en señalar que las condiciones laborales en México continúan marcadas por la inequidad, el incumplimiento de las normativas legales y un ambiente de precarización en los empleos.
Durante su recorrido por las principales avenidas de la capital mexiquense, los contingentes exigieron de manera unánime la igualdad sustantiva en el ámbito laboral, la implementación de contratos colectivos vigentes y la extensión de la seguridad social para todos los trabajadores, sin importar su régimen o sector. Además, se alzó la voz contra la persistente práctica de subcontratación ilegal, que continúa afectando los derechos laborales en diversos ámbitos.
Una de las voces más destacadas en la protesta fue la de Anselmo Ávila Hernández, secretario general del Sindicato de Telefonistas, Sección Toluca. Ávila denunció la continua vigencia del outsourcing a pesar de las reformas que se habían planteado para erradicar esta práctica, la cual continúa desplazando a los trabajadores de base y socavando sus derechos fundamentales.
Además, señaló que la falta de insumos y herramientas está afectando gravemente la capacidad de los sindicatos para cumplir con su función, lo que coloca a los trabajadores en una situación de vulnerabilidad. A pesar de las solicitudes formales realizadas a nivel federal, Ávila indicó que en el Estado de México no han recibido respuesta favorable por parte de los legisladores para discutir las propuestas planteadas por los sindicatos.
Ávila también subrayó la importancia de establecer mesas de trabajo donde se pueda lograr una negociación real, y no solo posturas políticas unilaterales que no lleven a soluciones efectivas. Según el sindicalista, es necesario que las autoridades y los empresarios se comprometan a una verdadera transformación en el campo laboral que permita a los trabajadores contar con condiciones de trabajo justas y dignas.
Uno de los principales reclamos de la movilización fue la reducción de la jornada laboral a 40 horas. Los sindicatos argumentaron que esta medida no solo representa un avance en los derechos de los trabajadores, sino que también puede contribuir significativamente a reactivar el consumo interno y fortalecer el tejido social. La propuesta no solo busca mejorar la calidad de vida de las familias, sino que se considera clave para fortalecer la economía del país.
La marcha concluyó con la lectura de un pronunciamiento que recordó que las conquistas laborales actuales son el resultado de luchas históricas que han tenido que librar los trabajadores a lo largo de los años. En este pronunciamiento, los sindicatos advirtieron que no cesarán en su lucha hasta que se garantice la justicia laboral para las nuevas generaciones.
Al final, los participantes dejaron claro que el 1 de mayo no es solo una fecha de celebración, sino una jornada de exigencia activa ante la omisión institucional en la defensa de los derechos laborales.
En conclusión, la movilización en Toluca del 1 de mayo evidencia que las condiciones laborales en México siguen siendo un tema de preocupación para miles de trabajadores. A pesar de las reformas legales, la persistencia de prácticas como el outsourcing y la precarización laboral son aún una realidad para muchos. La propuesta de reducir la jornada laboral a 40 horas con pago de 56 y la exigencia de una verdadera justicia social reflejan la necesidad de un cambio estructural en el país que permita mejorar la vida de los trabajadores y fortalecer la economía nacional. Los sindicatos y organizaciones sociales seguirán luchando por el reconocimiento de sus derechos y por una verdadera transformación en las condiciones laborales.