En el corazón del Valle de Toluca, Nancy recorre la ruta Tollocan Norte como operadora de transporte público de la línea Intermetropolitano. Con una corbata rosa que simboliza su compromiso y fortaleza, desafía las normas de género en una industria históricamente dominada por hombres. Desde hace dos años, su vida cambió al asumir este rol, transformándolo en una fuente de inspiración para otras mujeres.
Para Nancy, manejar no es solo un trabajo; es parte de su identidad. “Lo traigo en la sangre”, comenta con una sonrisa. Proveniente de una familia dedicada al transporte público, encontró en esta profesión una manera de conectar con sus raíces y, al mismo tiempo, con sus hijos, quienes la admiran profundamente.
Su incursión en el sector comenzó gracias a su hermana, operadora del Potrobús de la Universidad Autónoma del Estado de México, quien la instruyó en la conducción de autobuses. Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Los prejuicios y actitudes discriminatorias de algunos colegas han sido un desafío constante, pero Nancy enfrenta estas situaciones con determinación:
“Me enfoco en mi trabajo y en dar lo mejor para los pasajeros”.
Más allá de mover personas de un punto a otro, Nancy asume su labor con un enfoque humanitario. En una ocasión, detuvo su autobús para enfrentar a un hombre que acosaba a una pasajera, demostrando que su compromiso va más allá de la conducción.
“Es mi responsabilidad proteger a quienes confían en mi trabajo, sobre todo porque soy mujer y sé lo que se siente”, enfatiza.
Es habitual verla ayudar a madres con niños pequeños o asistir a pasajeros con necesidades específicas, mostrando que la empatía y el servicio son tan importantes como llegar a tiempo.
Recorrer la ruta entre el Parque Sierra Morelos y la vialidad Alfredo del Mazo le ha permitido a Nancy observar de cerca las dinámicas urbanas y las necesidades de movilidad en el Valle de Toluca. Esto ha enriquecido su visión sobre cómo su labor conecta no solo lugares, sino también historias y realidades.
Nancy forma parte de un movimiento mayor. En el Estado de México, el programa “Mujeres al Volante” ha graduado a sus primeras 34 operadoras, marcando un hito en la inclusión de género en este sector. Para ella, cada kilómetro recorrido es una oportunidad de mostrar que las mujeres tienen un lugar en todos los espacios, incluidos aquellos tradicionalmente reservados para los hombres.
La historia de Nancy no es solo un testimonio de valentía, sino también de pasión por su trabajo. Cada día demuestra que romper estereotipos es posible con determinación y amor por lo que se hace.
En conclusión, su mensaje es claro: las mujeres no solo pueden manejar autobuses, sino que también pueden liderar con empatía y responsabilidad. Así, Nancy se ha convertido en un faro de esperanza para quienes desean romper barreras y construir un futuro más equitativo.
En el Estado de México, Nancy no solo transporta pasajeros; lleva consigo un mensaje de empoderamiento que inspira a todos los que cruzan su camino.