En la llamada “isla de la nave 7” de la Central de Abasto de Toluca, comerciantes, familiares y amigos de las víctimas del trágico incendio ocurrido hace poco más de dos años rindieron homenaje a sus seres queridos con una ofrenda del Día de Muertos llena de color, recuerdos y esperanza.
El espacio, que aún permanece bajo resguardo policiaco, se transformó en un punto de encuentro para quienes buscan mantener viva la memoria de las nueve personas fallecidas durante el incendio registrado en junio de 2023, un suceso que marcó a la comunidad.
Desde hace varios días, flores de cempasúchil, veladoras, frutas y calaveritas de alfeñique adornan la zona, junto a las fotografías de las víctimas. Los comerciantes se organizaron para montar el altar y recordar a quienes consideraban parte de su familia laboral.
“Entre todos cooperamos para montar esta ofrenda en memoria de nuestros compañeros que se nos adelantaron”, comentó uno de los locatarios.
La ofrenda permanecerá hasta el domingo, como símbolo de unidad y respeto. Para los asistentes, se trata de una forma de transformar el dolor en un acto de amor y memoria colectiva.
La madrugada del 7 de julio de 2023, un incendio presuntamente provocado por sujetos armados consumió en cuestión de minutos una bodega en la Nave 7. Nueve personas murieron y una más resultó gravemente herida. El siniestro conmocionó a la capital mexiquense y dejó profundas cicatrices entre los locatarios.
Hoy, a dos años de la tragedia, los comerciantes coinciden en que el apoyo institucional ha mejorado y que la zona se mantiene segura y activa, sin perder el espíritu de colaboración que los caracteriza.
El homenaje coincide con una de las temporadas más esperadas del año. Con motivo del Día de Muertos, la Central de Abasto ha registrado una alta afluencia de visitantes y buenas ventas, impulsadas por la feria del alfeñique, la venta de flores de cempasúchil, pan, fruta y otros productos tradicionales.
El Estado de México ocupa el tercer lugar nacional en producción de flor de cempasúchil, con más de 1,900 hectáreas cultivadas, solo detrás de Puebla y la Ciudad de México. Este año, el color naranja inunda los pasillos de la Central de Abasto, iluminando la memoria de quienes ya no están.
Más allá de las ventas y el movimiento comercial, la ofrenda de la Nave 7 se ha convertido en un símbolo de resiliencia y unión comunitaria. Para muchos, representa la certeza de que la memoria se honra no con lágrimas, sino con flores, velas y esperanza.







