La protección del medio ambiente y el respeto hacia los seres sintientes se han convertido en una prioridad creciente para las autoridades judiciales en el Estado de México. En este contexto, se llevó a cabo el foro “La intervención de los órganos jurisdiccionales en temas ambientales y seres sintientes”, un evento clave que busca redefinir la actuación judicial ante los crecientes retos ecológicos.
Durante el foro, se destacó la urgente necesidad de fortalecer la justicia ambiental en el Estado de México. Según Alejandra Rabasas Salinas, titular de la Unidad General de Conocimiento Científico y Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), uno de los mayores desafíos actuales radica en el análisis jurídico de los conflictos ambientales.
Rabasas subrayó que la impartición de justicia debe ser una herramienta efectiva para detener la degradación de la naturaleza, la pérdida de biodiversidad y el maltrato hacia seres que sienten y padecen, conocidos como seres sintientes. Esto implica que los jueces y juezas asuman una postura más rigurosa frente a casos de tala ilegal, contaminación de cuerpos de agua, alteración de ecosistemas y crueldad animal.
El evento fue inaugurado por Fernando Díaz Juárez, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, en compañía de la secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Alhelí Rubio Arronis. Ambos coincidieron en que la actuación judicial debe alinearse con una visión de desarrollo sostenible, en la que la justicia ambiental y el respeto por los seres vivos ocupen un lugar prioritario.
Desde el Poder Judicial mexiquense, se están impulsando estrategias para que los juzgadores integren criterios científicos y de derechos humanos en sus resoluciones, con el objetivo de crear precedentes que protejan el equilibrio ecológico y fomenten el respeto por la vida en todas sus formas.
El foro también puso sobre la mesa la necesidad de que los operadores jurídicos cuenten con una formación integral que abarque tanto aspectos legales como conocimientos ambientales. Esta visión busca consolidar una justicia con perspectiva ecológica y ética, en la que la naturaleza no sea vista solo como un recurso, sino como un sujeto de protección jurídica.
En conclusión, el fortalecimiento de la justicia ambiental en el Estado de México representa un paso fundamental hacia un futuro más justo, equilibrado y respetuoso con el entorno natural. El papel de los tribunales será decisivo para revertir el daño ambiental acumulado y garantizar que tanto los ecosistemas como los seres sintientes tengan la protección jurídica que merecen.