Uber, una de las aplicaciones de transporte más reconocidas a nivel mundial, opera en más de 70 países, incluyendo México. Sin embargo, en las últimas semanas, la multinacional ha sido objeto de especulaciones sobre su posible salida del país, generando un intenso debate tanto en los medios de comunicación como en redes sociales.
Aunque esta no es la primera vez que surge el rumor de que Uber podría abandonar México, las preocupaciones han cobrado mayor fuerza recientemente debido a una propuesta que busca garantizar la seguridad social para conductores y repartidores de plataformas como Uber, Didi y otras aplicaciones de delivery. Según la iniciativa, estas empresas tendrían la obligación de inscribir a sus colaboradores al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que implicaría un cambio significativo en su modelo de negocio.
El mes pasado, Uber desmintió un comunicado similar, asegurando que la empresa no tenía planes de dejar el país. No obstante, ante esta nueva ola de rumores, la compañía aún no ha emitido una declaración oficial, lo que ha incrementado las especulaciones sobre una posible salida.
De acuerdo con el periodista Mauricio Flores, Uber estaría evaluando su permanencia en México o, al menos, en algunas ciudades específicas. Esta decisión estaría motivada por el impacto financiero y operativo que implicaría la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), la cual establece que los conductores y repartidores deben estar afiliados al seguro social.
Flores también destacó que uno de los puntos críticos de la reforma es la incertidumbre sobre quién asumiría el costo del seguro social: ¿Debería cubrirlo únicamente Uber o se repartiría entre las diferentes plataformas para las que trabaja un conductor o repartidor? Este punto, sin resolverse, plantea un desafío significativo para la industria de las aplicaciones de movilidad y entrega en México.
Otro aspecto relevante es la flexibilidad laboral, uno de los pilares principales del atractivo de estas plataformas. Si la reforma se implementa, podría eliminarse esta característica al establecer un único “responsable social”, lo que podría afectar a los trabajadores al imponer horarios menos flexibles y mayores restricciones operativas.
Además de los retos legislativos, el aumento de la violencia en México es otro factor que podría estar pesando en las decisiones de la multinacional. La inseguridad ha afectado tanto a usuarios como a conductores, representando un riesgo constante para la operación diaria de la plataforma. Este problema podría ser una de las razones adicionales para que Uber evalúe su futuro en el país.
De concretarse la salida de Uber, el impacto sería considerable. Para los usuarios, significaría la pérdida de una opción de transporte confiable en muchas ciudades del país. Por otro lado, miles de conductores y repartidores que dependen de la plataforma para generar ingresos enfrentarían la necesidad de buscar alternativas laborales, lo que podría desestabilizar aún más el mercado laboral en el sector de aplicaciones.
En conclusión, la posible salida de Uber de México es un tema que genera preocupación y deja muchas interrogantes abiertas. La implementación de la reforma a la Ley Federal del Trabajo y las condiciones de inseguridad son factores que complican el panorama para la multinacional. Por ahora, la falta de un comunicado oficial por parte de Uber mantiene en vilo a conductores, usuarios y al sector tecnológico en México.