La justicia no debería verse solo desde un escritorio. En el Estado de México, más de 50 jueces y magistrados electos, tanto a nivel federal como local, se reunieron para algo más que tomarse la foto oficial: querían armar la ruta hacia un sistema judicial que no se quede en discursos, sino que aterrice en la calle, con la gente. Pero lo que puso el picante en esta reunión no fue solo la presencia de togas y micrófonos, sino quién más se sentó en la mesa. ¿Qué pasa cuando los jueces se juntan con políticos que sí pisan tierra firme?

Entra la nueva banda de Morena. Xóchitl Zagal, Yazmín Nájera y José Benítez no llegaron como figuras decorativas. Ellos forman parte de una corriente que no nació en oficinas con aire acondicionado, sino caminando calles, tocando puertas y escuchando a la gente. Son líderes territoriales que saben lo que es lidiar con problemas de banqueta… y ahora se sientan junto a magistrados para hablar de justicia. ¿Será que su estilo de “caminemos juntos” logre contagiar al poder judicial?
Menos protocolo, más chamba real. Olvídense de los eventos donde todos hablan bonito y se van a casa. Aquí hubo acuerdos, compromisos y un mensaje fuerte: la elección democrática de jueces y magistrados es un parteaguas, pero sin acciones concretas, se queda en puro power point. Los políticos de territorio parecen entenderlo: la justicia no sirve si no llega donde está la bronca. ¿Se atreverán a romper con el molde y meter las manos en la masa?
La política y la justicia como vecinos. La reunión dejó claro que, para que la justicia funcione, necesita estar pegada a la política… pero no a la política de alfombra roja, sino a la que camina sobre banquetas rotas. El reto está en que este nuevo grupo de Morena logre tender un puente real, donde jueces y ciudadanos hablen el mismo idioma. ¿Podrán mantener esa conexión sin que el sistema los absorba?
Del dicho al hecho… y directo a la banqueta. Esta vez, la vibra fue distinta: no solo promesas al viento, sino compromisos con nombre y apellido, con la intención clara de llevar la justicia donde está la gente. Los jueces electos y la nueva banda de Morena parecen estar leyendo el mismo guion: cero poses, más acción. Si logran mantener este ritmo y conexión con la calle, podríamos estar viendo el arranque de una justicia que, por fin, camina al lado del pueblo. ¿Listos para ver cómo se escribe esta nueva historia desde la banqueta?
