Líderes y militantes del partido han levantado la voz en un rechazo unánime contra la designación de Jorge Bobadilla como candidato a la presidencia municipal, en un claro mensaje de descontento y búsqueda de coherencia ideológica dentro de la agrupación.
En un video que ha circulado vigorosamente por las redes sociales, cortesía de Enid García, distinguida militante de Morena y líder reconocida en la localidad, se ha manifestado una postura firme y decidida: “A Morena San Mateo Atenco, Jorge Bobadilla no nos representa”. Este pronunciamiento ha resonado en los oídos de la comunidad, encontrando eco y respaldo entre otros líderes influyentes del partido, como Alejandro Guerrero, quien también tenía aspiraciones a la candidatura y ahora se suma a la voz de disconformidad que se levanta contra Bobadilla.
La controversia no es nueva. La elección de Jorge Bobadilla, figura percibida como un oportunista por sus antecedentes en partidos opositores y por una trayectoria que dista mucho de encarnar los ideales y principios que Morena propugna, ha sido motivo de consternación no solo entre la dirigencia sino también en la base militante. Esta decisión, vista por muchos como una imposición, ha destapado una caja de pandora de inconformidades y ha sembrado dudas sobre la unidad y el futuro del partido en San Mateo Atenco.
La situación de Bobadilla es delicada. Lejos de ser el aglutinante que Morena necesita en estos momentos críticos, su figura parece ahondar las divisiones y el malestar dentro del partido, poniendo en riesgo no solo la cohesión interna sino también las aspiraciones de la agrupación en las próximas elecciones municipales. El rechazo hacia su candidatura es un síntoma de una problemática más profunda: la lucha por la identidad y la integridad de Morena en San Mateo Atenco.
Este episodio refleja la tensión interna dentro de Morena y abre el debate sobre la importancia de la representatividad y la coherencia ideológica en los procesos democráticos internos de los partidos. La resistencia hacia Jorge Bobadilla evidencia una demanda clara de los militantes y líderes de Morena: la necesidad de candidatos que verdaderamente encarnen los valores y principios del partido, capaces de unificar y fortalecer la base en momentos de desafío.
La historia está en marcha, y los ojos de la militancia están puestos en cómo se resolverá esta crisis interna que, hasta ahora, parece lejos de encontrar una solución que satisfaga a todas las partes involucradas.
