Tras los festejos navideños, las autoridades ambientales han levantado la Fase 1 de Contingencia Ambiental Atmosférica en el Valle de Toluca y Tianguistenco, activada por niveles altos de partículas PM2.5. Aunque el aire mostró una mejoría esta mañana, el episodio puso en evidencia problemas recurrentes relacionados con la calidad del aire y las prácticas que contribuyen a su deterioro.
La quema de pirotecnia, fogatas y el uso de calentadores de leña son tradiciones comunes en esta época del año, pero tienen un alto costo ambiental. Estas actividades liberan partículas contaminantes que empeoran la calidad del aire, como se observó el 25 de diciembre con un cielo gris y una capa de smog visible desde varios puntos de la ciudad.
Gabriel Sánchez, un residente habitual del Parque Vicente Guerrero, comentó que estas condiciones ya no le sorprenden:
“Yo creo que más me sorprendería cuando este totalmente limpio o despejado. Para mí esto ya es lo habitual.”
A pesar del llamado de las autoridades para evitar actividades al aire libre, muchas personas continuaron realizando ejercicios en parques como el Bicentenario y Vicente Guerrero. Una encuesta realizada por este medio reveló que el 90% de los entrevistados desconocía la declaratoria de contingencia ambiental.
Incluso las mascotas parecen resentir los efectos de la contaminación. Eduardo, quien paseaba a su perrita en el Parque Vicente Guerrero, notó un cambio en su respiración:
“La escucho un poquito sofocada, como agitada. Creo que también resiente la contaminación.”
Medidas Recomendadas para la Población
- Evitar el uso de leña, fogones y braseros en interiores sin ventilación adecuada, ya que el humo puede provocar intoxicaciones por monóxido de carbono.
- Reducir el uso de pirotecnia, un factor importante en el aumento de las partículas contaminantes.
- Optar por actividades en interiores en días con mala calidad del aire, especialmente si se presentan cielos grises o capas de smog.
En conclusión, la contingencia ambiental en el Valle de Toluca pone de manifiesto la urgente necesidad de acciones coordinadas entre autoridades, fabricantes y ciudadanos. La calidad del aire no solo afecta la salud humana, sino también a las mascotas y al medio ambiente. Adoptar hábitos responsables y exigir regulaciones más estrictas puede marcar la diferencia en la lucha contra la contaminación.