Tras diez días de angustia y búsqueda incansable, la desaparición de Julio César, de 35 años, terminó en una dolorosa tragedia. Su cuerpo fue encontrado calcinado y enterrado entre basura y maleza en la colonia Cultural, ubicada en el municipio de Toluca. Este macabro hallazgo ha encendido las alarmas sobre el creciente nivel de violencia en la zona.
Julio César fue visto por última vez el 19 de marzo, en la delegación de Capultitlán. Desde ese momento, su familia perdió todo contacto con él y denunció su desaparición ante las autoridades. La Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas del Estado de México, junto con colectivos y voluntarios, activaron los protocolos correspondientes.
Durante diez días, su nombre formó parte de listas de búsqueda, y su rostro circuló en redes sociales, boletines y calles de Toluca.
El cuerpo fue localizado este viernes gracias al trabajo de brigadas de búsqueda, quienes con palas y picos removieron tierra en una zona marginada donde se acumulaban desperdicios. El fuerte olor y la tierra removida guiaron a los rescatistas hasta los restos calcinados, enterrados a poca profundidad.
En el lugar también se encontró una mochila, presuntamente perteneciente a la víctima, lo que permitió una primera identificación. Dos mujeres, visiblemente afectadas, llegaron al sitio y trataron de reconocer el cuerpo entre lágrimas y consternación.
Elementos de la Policía Estatal y Municipal acordonaron la zona mientras peritos y agentes del Ministerio Público realizaban el levantamiento del cadáver. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) abrió una carpeta de investigación por homicidio, dado el grado de violencia en que fue localizado el cuerpo.
Será la necropsia la que confirme la causa oficial de muerte, aunque las condiciones del hallazgo apuntan a un crimen brutal y premeditado.
El caso de Julio César no es aislado. Se suma a una preocupante ola de desapariciones y homicidios en la región. Vecinos, colectivos de búsqueda y organizaciones civiles han levantado la voz para exigir mayor presencia policial, estrategias efectivas de seguridad y justicia para las víctimas.
Especial preocupación ha generado el uso de zonas de basura para ocultar cuerpos, una práctica que, según reportes ciudadanos, ha ocurrido anteriormente en otras colonias del municipio.
La familia de Julio César y colectivos que acompañaron su búsqueda exigen que el caso no quede impune. Además, piden que se atiendan las causas estructurales que permiten que hechos tan violentos ocurran a plena vista, sin consecuencias inmediatas para los responsables.
Este trágico caso no solo refleja una pérdida irreparable, sino también la necesidad de reforzar la seguridad en Toluca y municipios colindantes, y de garantizar el derecho a la vida y la justicia para todos sus habitantes.