Toluca enfrenta una crisis creciente en materia de gestión de residuos sólidos urbanos, con un alarmante incremento en la generación de basura que pone a prueba su infraestructura, cultura ciudadana y políticas ambientales.
Durante la actual administración, la recolección de basura en Toluca aumentó un 40%, pasando de 395 a 520 toneladas diarias, lo que coloca al municipio como el tercero a nivel estatal en generación de residuos. Esta cifra refleja no solo el crecimiento poblacional y urbano, sino también la falta de hábitos sostenibles entre la ciudadanía.
Actualmente, el servicio de recolección opera con 148 camiones en 241 rutas, lo que resulta insuficiente para cubrir la creciente demanda. Aun así, el gobierno municipal ha logrado reducir los reportes de recolección fallida de 196 casos diarios en diciembre a tan solo 6 o 7 actualmente, una mejora significativa considerando las limitaciones operativas heredadas.
La directora de Residuos Sólidos del municipio, Laura Fernanda Barbosa, reconoce que el reciclaje es uno de los principales desafíos. Actualmente, solo el 3% de los residuos son reciclados, aunque el plan municipal contempla llegar al 8% al cierre de 2025 y al 16% antes del fin del trienio.
Debido a la falta de infraestructura y de conciencia ambiental, la estrategia actual se basa en la separación básica entre residuos orgánicos e inorgánicos. Barbosa subraya que aún no es posible implementar un modelo de separación más avanzada, pero que este es un paso fundamental para impulsar una economía circular en el municipio.
Uno de los mayores retos es modificar los hábitos de los toluqueños, quienes son, en palabras de la funcionaria, “fanáticos de los desechables”. El uso excesivo de unicel, plásticos y utensilios de un solo uso colapsa el sistema de recolección y limita las posibilidades de reciclaje.
“El primer paso es desnormalizar la conducta de dejar basura en la calle. Si los vecinos ven una acera limpia, pensarán dos veces antes de ensuciarla”, señaló Barbosa.
Toluca cuenta con 21 puntos fijos para depositar residuos, pero muchos de estos son mal utilizados por recolectores informales y habitantes de municipios vecinos. El gobierno local busca regularizar estos espacios y convertir a los recolectores independientes en aliados del sistema formal, sin criminalizar su labor.
“No se trata de perseguir a quienes viven de esto, sino de integrarlos al esfuerzo y ofrecer alternativas que generen impacto positivo”, indicó la directora.
Con una generación promedio de 1.3 kilos de basura por habitante al día, Toluca supera la media nacional y enfrenta un desafío estructural. Para lograr un cambio real, las autoridades apuntan a la educación ambiental desde el hogar y a la creación de una red eficiente y sustentable de manejo de residuos.
En conclusión, transformar los residuos en recursos como energía, composta o productos reciclables solo será posible si la ciudadanía se convierte en protagonista del cambio.