La avenida Nicolás San Juan, ubicada junto al Centro Médico Adolfo López Mateos en Toluca, fue cerrada recientemente al tránsito vehicular. La decisión se tomó con el fin de reubicar a los comerciantes ambulantes que desde hace años ocupaban este espacio, generando conflictos de movilidad y riesgos en los accesos de emergencia del hospital.
Inspectores municipales confirmaron que la medida busca reordenar el comercio en la zona hospitalaria de Toluca y garantizar el libre paso para ambulancias y servicios médicos.
Espacios delimitados para más de 120 comerciantes
Hasta el momento, las autoridades locales han reubicado 20 puestos de comida y ropa, además de trazar más de 120 espacios adicionales sobre la misma calle para los comerciantes restantes. Esta acción forma parte de un programa de reorganización que pretende equilibrar la actividad económica con la movilidad urbana.
El reacomodo permitirá que los vendedores continúen con su actividad, pero bajo un esquema regulado que reduzca los problemas de saturación y congestión vehicular.
Afectaciones al tránsito vehicular
El cierre de la avenida ha generado complicaciones para automovilistas que se dirigen al Colegio de Bachilleres, CONALEP y la Subdirección de Urgencias del Estado de México (SUEM). Ahora deben circular en doble sentido por un solo carril, lo que provoca demoras y mayor carga vehicular en las calles alternas.
Conductores y vecinos han expresado su preocupación por la falta de señalización adecuada y temen que la situación se complique en horas pico.
De manera extraoficial, se ha difundido el rumor de que a partir de octubre se prohibirá a familiares de pacientes estacionarse en las calles aledañas al hospital. Esta medida aún no ha sido confirmada, pero genera inquietud entre quienes acuden a diario al Centro Médico.
El Ayuntamiento de Toluca no ha emitido un comunicado oficial sobre estas acciones en desarrollo, por lo que la comunidad permanece a la expectativa.
Reordenamiento del comercio en Toluca: un reto constante
El caso de la avenida Nicolás San Juan refleja uno de los desafíos más grandes para la capital mexiquense: el comercio ambulante y la falta de espacios formales para los vendedores.
Si bien las autoridades buscan alternativas para regularizar esta actividad, el reto está en encontrar soluciones que no afecten la economía de cientos de familias ni la movilidad en zonas de alta concentración, como hospitales y escuelas.
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