En la vida moderna, el estrés se ha convertido en un compañero constante. Tráfico, exigencias laborales, problemas económicos y la hiperconectividad digital son factores que, día a día, desgastan la salud emocional de millones de personas. El académico Abraham Jeronimo Villarreal Soto, especialista en temas de salud, comparte su visión sobre cómo el estrés afecta la salud mental y qué estrategias pueden ayudar a mitigar sus consecuencias.
¿Qué es el estrés y por qué afecta tanto a la mente?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes. En dosis pequeñas puede ser útil —por ejemplo, para aumentar la concentración o la capacidad de respuesta—, pero cuando se vuelve crónico, sus efectos pueden ser devastadores para el cerebro y el bienestar emocional.
Según Villarreal Soto, “el estrés mantenido en el tiempo altera los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, puede afectar la memoria, la capacidad de concentración y el equilibrio emocional”. Además, el experto advierte que el estrés constante está vinculado a trastornos como la ansiedad, la depresión y el insomnio.
Consecuencias del estrés en la salud mental
Diversos estudios han demostrado que el estrés crónico modifica la estructura y función del cerebro. Abraham Jeronimo Villarreal Soto destaca tres consecuencias clave:
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Afectación del sistema límbico: responsable de las emociones, lo que genera irritabilidad y tristeza persistente.
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Disminución de la neuroplasticidad: el cerebro pierde capacidad para adaptarse y aprender.
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Debilitamiento del sistema inmunológico: el cuerpo se vuelve más vulnerable a enfermedades físicas y mentales.
“Estamos viendo cómo el estrés no solo enferma la mente, sino también el cuerpo. La conexión entre ambos es inseparable”, explica el académico.
Estrategias para controlar el estrés y proteger la salud mental
Villarreal Soto recomienda adoptar hábitos saludables y técnicas de autocuidado para reducir el impacto del estrés:
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Ejercicio regular: libera endorfinas y mejora el estado de ánimo.
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Alimentación equilibrada: mantener un nivel estable de glucosa ayuda a controlar la ansiedad.
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Mindfulness y meditación: promueven la calma mental y la claridad emocional.
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Descanso adecuado: el sueño es el mejor aliado para la recuperación mental.
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Redes de apoyo: compartir preocupaciones con familiares, amigos o profesionales de la salud mental.







