Para Carlos Prats García, fotógrafo y diseñador gráfico mexicano, la clave no está en la herramienta ni en el estilo del momento, sino en cultivar una mirada auténtica que dialogue con la sensibilidad, el contexto y la intención del creador.
A continuación se desarrolla una reflexión inspirada en su enfoque estético y en la filosofía que guía su trabajo: cómo construir imágenes que realmente digan algo, que no se disuelvan en la uniformidad digital.
1. La identidad nace de la observación, no del efecto
Para Prats García, la identidad visual comienza fuera de la cámara. Está en el hábito de mirar con atención: los colores de una calle, la textura de una sombra, la forma en que una persona ocupa el espacio.
Esa observación cotidiana alimenta la intuición y construye un archivo mental de referencias propias.
Solo cuando el fotógrafo desarrolla esa sensibilidad, los recursos técnicos dejan de ser trucos y se convierten en herramientas expresivas.
Su premisa: antes de disparar, aprende a ver.
2. Elige un lenguaje cromático que te represente
En la obra de Carlos Prats García, el color no es accesorio: es esencia. Elegir una paleta recurrente —cálida, fría, vibrante, tenue— es un paso fundamental para construir identidad.
Una imagen puede reconocerse por la manera en que utiliza la luz y el color, incluso antes de analizar su contenido.
El consejo implícito es simple:
Define cómo quieres que “se sienta” tu trabajo, no solo cómo quieres que se vea.
3. Construye composición con intención, no al azar
La formación en diseño gráfico de Prats García se nota en sus encuadres: ordenados, ligeros, equilibrados.
Para él, la composición es un acto de pensamiento: una forma de dirigir la mirada sin imponerla, de generar armonía sin rigidez.
Crear identidad implica tomar decisiones coherentes:
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¿Eres de líneas limpias o de caos controlado?
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¿Prefieres espacios negativos amplios o llenos de elementos?
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¿Tu fotografía respira o es intensa?
Responder estas preguntas define la personalidad visual de un autor.
4. No imites: dialoga con tus influencias
Carlos Prats García entiende que ningún fotógrafo nace sin referencias. Pero la diferencia entre inspiración e imitación es la intención.
Las influencias deben servir para afinar criterios, no para copiar estilos. El trabajo de identidad surge cuando el creador asimila aquello que le mueve y lo transforma en un lenguaje propio.
La fórmula es clara:
Admira, analiza, transforma. No replique: reinventa.
5. Trabaja el concepto tanto como la estética
Una imagen con identidad no depende solo de su belleza, sino de su significado.
Por eso, en los proyectos de Prats García siempre hay una intención conceptual: una emoción, una crítica, una pregunta o un símbolo.
Ese trasfondo es lo que convierte una fotografía en una declaración visual.
Antes de crear, pregúntate:
¿Qué quiero decir con esta imagen? ¿Qué emoción quiero provocar?
6. Sé coherente, pero no predecible
La identidad no significa repetición rígida. Carlos Prats García mantiene una estética reconocible, pero permite que evolucione con cada proyecto.
La coherencia viene de la sensibilidad del autor, no de usar siempre el mismo filtro o el mismo encuadre.
Las imágenes con identidad viva guardan un hilo conductor, pero no se estancan.
7. Cuida tu proceso tanto como tu resultado
Para Prats García, el proceso creativo es tan importante como la foto final. Desde la idea inicial hasta la edición, cada paso define la voz del autor.
Ser consciente del propio modo de trabajar —tiempos, emociones, elecciones— ayuda a consolidar una firma visual sincera.
Una identidad que se construye desde adentro
Más que una lista de técnicas, la enseñanza principal que se desprende del enfoque de Carlos Prats García es que la identidad visual surge de un equilibrio entre emoción, intención y estructura.
Sus imágenes funcionan porque no nacen del impulso de encajar en una estética, sino de la necesidad de expresar una visión íntima del mundo.







