Cenar fuera para Navidad es inaccesible para muchas familias

Cena navideña
Cena navideña

Para muchas familias mexicanas, salir a cenar la noche del 24 de diciembre se ha convertido en un gasto difícil de asumir. El aumento generalizado en los precios de alimentos, bebidas y servicios ha provocado que, año con año, la opción de celebrar la Navidad en restaurantes quede fuera del presupuesto de gran parte de la población, reforzando la tradición de cocinar en casa, aun cuando ello implique largas jornadas en la cocina.

Guadalupe Vargas y Tomás García, una pareja de adultos mayores que vive en la zona centro de Ecatepec, mantienen viva una tradición que ha perdurado por más de seis décadas: reunir a toda su familia para compartir la cena navideña en su hogar.

Sin embargo, ante el desgaste físico que implica preparar una cena para tantas personas, Tomás consideró este año la posibilidad de salir a cenar fuera. Para ello, pidió apoyo a sus hijas Alicia y Norma, quienes comenzaron a buscar opciones disponibles en la zona.

La búsqueda dejó claro que cenar fuera de casa no es una alternativa accesible. Restaurantes de categoría media, con menú especial, brindis y música en vivo, manejan precios que van de los 2,000 a los 3,000 pesos por persona. Incluso las opciones más sencillas, con ambientación moderada, superan los 1,200 pesos por comensal.

Trasladarse a la Ciudad de México tampoco resultó viable. Los paquetes familiares en hoteles y restaurantes incluyen entrada, plato fuerte, bebidas y espectáculo, pero para un grupo de 15 personas el costo total oscila entre 35 mil y 50 mil pesos, además de que la mayoría ya no cuenta con disponibilidad.

También se evaluaron paquetes ofrecidos por cocinas económicas, con precios más bajos para grupos de 10 personas; sin embargo, los menús fueron considerados demasiado básicos para una fecha tan significativa.

Ante este panorama, la familia optó por mantener la tradición de cocinar en casa.

El menú de este año incluirá crema de chile poblano como entrada, espagueti rojo, mixiotes de pollo y puerco como plato fuerte, además de pan y tortillas. Para beber habrá refrescos, ponche y algunas botellas de vino y tequila que sobraron de otros festejos. El recalentado del 25 de diciembre será caldo de camarón.

Aunque cocinar en casa reduce costos, no elimina el impacto económico. La familia estima un gasto aproximado de 8 mil pesos para la cena completa, aprovechando su cercanía con la Central de Abasto para conseguir mejores precios.

Aun así, hubo que hacer ajustes: este año se prescindirá de la tradicional ensalada de manzana debido a su alto costo, que habría incrementado el gasto en casi mil pesos más. A ello se suma la inversión previa en regalos de intercambio.

Las hermanas coincidieron en que la cena en casa permite mayor control del presupuesto, elegir ingredientes de temporada y mantener recetas familiares que forman parte de su identidad. Además, destacaron que comprar en mercados y centrales de abasto también contribuye a fortalecer el consumo local en una temporada clave para muchos comerciantes.

En conclusión, la Navidad se enfrenta a la presión económica, muchas familias mexicanas encuentran en el hogar no solo una alternativa más accesible, sino también un espacio para preservar tradiciones, compartir tiempo y resignificar la celebración más allá del gasto.

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