El Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma clave para limitar el uso de plataformas como Airbnb, estableciendo un nuevo marco regulatorio para los alquileres a corto plazo en la capital. La reforma, conocida como “Ley Airbnb en la CDMX”, busca equilibrar el mercado inmobiliario, proteger a los residentes locales y asegurar que las viviendas sigan siendo accesibles para la población. Este cambio en la normativa representa una respuesta a las preocupaciones sobre el aumento de precios en la vivienda y la gentrificación de ciertas zonas.
¿En qué consiste la reforma?
La nueva legislación impone un límite al número de noches que una propiedad puede ser alquilada a través de plataformas digitales como Airbnb. Uno de los puntos más destacados es la introducción de un tope del 50% de ocupación anual para los inmuebles registrados en estas plataformas. Esta medida pretende controlar el uso de propiedades residenciales exclusivamente para fines turísticos y reducir la presión sobre el mercado inmobiliario.
El dictamen aprobado modifica tres leyes: la Ley de Turismo, la Ley de Vivienda y la Ley para la Reconstrucción Integral de la Ciudad de México. El principal objetivo de esta reforma es fomentar una competencia más justa entre los alojamientos turísticos temporales y los hoteles tradicionales, que han visto afectadas sus operaciones por la expansión de plataformas como Airbnb.
¿Por qué era necesaria la regulación?
Los legisladores, en especial el diputado César Emilio Guijosa Hernández, del partido Morena, argumentaron que plataformas como Airbnb han generado distorsiones en el mercado de la vivienda en la Ciudad de México. Según Guijosa, la proliferación de estos alquileres temporales ha incrementado el costo de la vivienda y ha promovido la gentrificación en diversas áreas, haciendo que los residentes locales tengan dificultades para encontrar alquileres asequibles. Además, subrayó que esta regulación no solo protege a los residentes, sino también a los hoteles, que han perdido competitividad frente a la creciente oferta de alojamientos temporales.
Por su parte, Cecilia Vadillo Obregón, también diputada de Morena, destacó que la reforma se enfocará especialmente en las zonas más afectadas por este fenómeno, como las alcaldías de Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc. Estas áreas han visto un aumento significativo en la oferta de alquileres a corto plazo, lo que ha encarecido el costo de vida y reducido la disponibilidad de viviendas para arrendamientos tradicionales.
Críticas y oposición a la reforma
A pesar del apoyo mayoritario, la reforma no estuvo exenta de críticas. Legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), como Diego Orlando Garrido López, expresaron su preocupación por los derechos de propiedad privada. Según Garrido, la ley limita la libertad de los propietarios para disponer de sus inmuebles como mejor les convenga. Además, afirmó que no es función del Estado interferir en cómo los ciudadanos utilizan sus propiedades, lo que consideró una restricción excesiva.
Otro aspecto controvertido de la reforma es la prohibición de utilizar inmuebles destinados a vivienda social o reconstruidos tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 para el alquiler a corto plazo. Los legisladores justificaron esta medida argumentando que dichos inmuebles tienen un propósito social que no debe ser desviado hacia fines comerciales.
Impacto de la Ley Airbnb en la CDMX
La aprobación de esta reforma sienta un precedente importante en la regulación de la economía colaborativa en el ámbito inmobiliario. Al limitar la cantidad de días que una propiedad puede ser alquilada, la Ley Airbnb en la CDMX busca asegurar que los residentes locales no sean desplazados por el auge del turismo y que la vivienda siga siendo accesible.
A medida que esta normativa comience a implementarse, será crucial vigilar sus efectos tanto en el mercado inmobiliario como en las comunidades. Los defensores de la ley confían en que ayudará a frenar el encarecimiento de la vivienda y reducirá la saturación de inmuebles dedicados exclusivamente al turismo. Sin embargo, los opositores continúan argumentando que puede tener un impacto negativo en los derechos de propiedad y en la economía local.
La reforma aprobada por el Congreso de la Ciudad de México refleja la necesidad de equilibrar el creciente mercado de alquileres turísticos con las necesidades de los residentes locales. Con límites claros y nuevas normativas, se busca regular una industria que ha tenido un impacto significativo en la vida urbana y el acceso a la vivienda. El futuro de las plataformas como Airbnb en la capital dependerá de cómo se ajusten a estas nuevas reglas y del efecto que la reforma tenga en el mercado inmobiliario a largo plazo.