La garapiña de Toluca: 90 años de sabor y tradición

Garapiña-Toluca
Garapiña-Toluca

Desde hace nueve décadas, la garapiña ha sido parte esencial de la cultura de Toluca. Esta refrescante bebida a base de piña llegó a la ciudad gracias a Lorenzo Pérez Salgado, quien después de un viaje a Cuba en 1934, decidió compartir este tesoro culinario con los habitantes de su tierra natal.

Eduardo Pérez García, actual encargado de la alacena donde se prepara esta bebida, comparte los orígenes de la garapiña:

“Todo comenzó cuando mi padre instaló su primer puesto frente al Palacio de Gobierno. Más tarde, durante la administración de Wenceslao Labra, fue reubicado en Los Portales, donde seguimos hasta hoy.”

Este cambio de ubicación no detuvo el éxito de la garapiña; al contrario, consolidó su lugar como una parada obligada para quienes visitan el corazón de Toluca.

La garapiña ha conquistado a locales y turistas por igual. Incluso visitantes provenientes de Cuba han elogiado la bebida, asegurando que conserva el auténtico sabor de su tierra natal. Aunque algunos la comparan con el tepache, Eduardo Pérez aclara:

“El tepache se hace con la cáscara de la piña, mientras que nuestra garapiña utiliza la fruta completa. Esto marca la diferencia en el sabor.”

Durante estos 90 años, han surgido intentos por imitar la receta, pero ninguno ha logrado igualar el sabor único de la original garapiña, que sigue siendo elaborada exclusivamente en este negocio familiar.

Con un precio accesible de 12 pesos por vaso y 50 pesos por litro, la garapiña se ha mantenido como una opción popular para todas las edades. Además, su preparación en temperaturas muy frías es uno de los secretos que garantizan su frescura y sabor.

Un cliente de origen italiano comenta:

“Yo vengo diario por mi garapiña, hasta los domingos. Es parte de mi rutina, y además es muy buena para los riñones.”

El legado de la garapiña se ha transmitido a lo largo de tres generaciones. Primero estuvo Lorenzo Pérez Salgado, luego su hijo Eduardo Pérez García, y ahora Eduardo Pérez González, quien asegura la continuidad de esta tradición.

“El sabor no ha cambiado en 90 años, y seguimos trabajando para mantenerlo así. La garapiña tiene un futuro prometedor en nuestra familia.”

En conclusión, no puedes visitar Toluca sin detenerte en Los Portales para disfrutar de esta bebida emblemática. Su historia, sabor y tradición son testimonio de la riqueza cultural y gastronómica de la ciudad. La garapiña es mucho más que una bebida; es un legado vivo que conecta generaciones y deleita paladares.

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