Durante el primer trimestre de 2025, la ciudad de Toluca registró un incremento del 5.58% en la recaudación por concepto de pago de agua y predial, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales del Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca (OAyST).
Entre el 1 de enero y el 26 de marzo de 2025, el OAyST reportó ingresos por 411 millones 434 mil 002.83 pesos, superando los 389 millones 689 mil 298.11 pesos recaudados en 2024 durante ese mismo lapso. Este aumento refleja una mejora en el cumplimiento de los contribuyentes, así como en las estrategias de cobro implementadas por las autoridades municipales.
A pesar del avance financiero, el panorama del abastecimiento de agua en Toluca continúa siendo preocupante. De acuerdo con reportes ciudadanos y evaluaciones locales, el 40% de las colonias toluqueñas aún enfrenta problemas de acceso al agua, afectando directamente la calidad de vida de miles de habitantes.
La situación es particularmente crítica en los barrios tradicionales y el centro histórico, donde el suministro se limita a un solo día por semana. Este patrón ha persistido a lo largo de los últimos años, sin que las mejoras en la recaudación se traduzcan en un servicio más eficiente o equitativo.
El contraste entre el incremento en ingresos y la persistente escasez de agua pone en evidencia la necesidad de redireccionar los recursos hacia soluciones efectivas de infraestructura hídrica. Expertos en gestión urbana señalan que una administración más transparente y una mayor inversión en redes de distribución podrían ser claves para resolver esta problemática.
Además, el crecimiento urbano de Toluca y el impacto del cambio climático han complicado la capacidad de abastecimiento, generando una presión constante sobre las autoridades municipales y estatales.
En conclusión, con una recaudación en alza, la ciudadanía espera que el gobierno municipal de Toluca destine estos fondos a mejorar el acceso al agua potable, especialmente en las zonas más afectadas. Mientras tanto, organizaciones civiles y líderes comunitarios continúan alzando la voz para exigir que el derecho al agua no solo sea garantizado en papel, sino también en la práctica diaria.