La llegada de la primavera no solo marca el cambio de estación, sino que también trae consigo un aumento en las alergias respiratorias, especialmente entre la población mexiquense. Rinitis alérgica, fiebre de heno, sangrados nasales y otros síntomas son comunes en esta época debido a factores ambientales que desencadenan las reacciones alérgicas.
Durante la temporada de primavera, el ambiente experimenta un incremento en la cantidad de polen, un factor crucial en el desarrollo de alergias respiratorias. Este aumento en la concentración de polen se debe al enverdecimiento y renovación de flores y árboles, lo cual provoca que las personas alérgicas sean más susceptibles a estos irritantes.
Según Miguel Ángel Karam, investigador en Epidemiología Social, el cambio de estación, acompañado del aumento de la temperatura y la alteración de las condiciones ambientales, genera un caldo de cultivo perfecto para que las alergias se manifiesten con mayor frecuencia.
La rinitis alérgica es una de las afecciones más comunes durante la primavera. Sus síntomas incluyen:
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Ojos irritados y llorosos.
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Estornudos frecuentes.
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Congestión nasal y flujo nasal.
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Irritación de la garganta, que a menudo se confunde con un cuadro gripal.
Estos síntomas se deben a la reacción del sistema inmunológico ante la presencia del polen y otros alérgenos en el aire. Aunque las personas más vulnerables son aquellas que tienen antecedentes familiares de alergias, cualquier persona puede verse afectada por estos cambios ambientales.
Aunque las alergias primaverales son difíciles de evitar por completo, existen algunas medidas preventivas que pueden ayudar a reducir los síntomas:
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Mantente hidratado: La hidratación adecuada es clave para evitar la resequedad en las paredes nasales, lo cual puede causar sangrados nasales. Beber suficiente agua ayuda a mantener las mucosas húmedas y protegidas.
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Evita actividades al aire libre en momentos críticos: Cuando las ráfagas de viento son constantes, el polen se dispersa más fácilmente, lo que aumenta la probabilidad de sufrir reacciones alérgicas. Es recomendable evitar actividades al aire libre durante las horas de mayor concentración de polen, como las primeras horas de la mañana.
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Cierra las ventanas y usa filtros: Mantén las ventanas cerradas durante los días de alta concentración de polen y usa filtros de aire en el hogar para disminuir la presencia de alérgenos en el ambiente interior.
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Consulta a un especialista: Si los síntomas son graves o persisten, es fundamental acudir a un alergólogo. Un profesional puede recomendarte el tratamiento adecuado, que puede incluir antihistamínicos o sprays nasales para aliviar los síntomas.
En conclusión, las alergias respiratorias, como la rinitis alérgica y la fiebre de heno, son comunes durante la primavera, especialmente en el Estado de México. Los cambios en las condiciones ambientales, como el aumento de la temperatura y la alta concentración de polen, son factores determinantes para el desarrollo de estas afecciones. Tomando las precauciones necesarias, como mantenerte hidratado y evitar el contacto con alérgenos, puedes minimizar los síntomas y disfrutar de la temporada sin complicaciones.
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