Decenas de bailadores de la Alameda Central y la Concha Acústica de Toluca se manifestaron frente al Palacio Municipal, exigiendo la continuidad de los tradicionales bailes sonideros de los viernes. Bajo la consigna “¡Queremos bailar!”, los asistentes hicieron un llamado a las autoridades para mantener viva esta expresión cultural que forma parte del corazón de la ciudad.
Desde antes de las 10:00 horas, grupos de bailadores que participan en las sesiones de baile de los martes y jueves en la Concha Acústica y la Alameda Central se congregaron en las inmediaciones del Palacio Municipal. Portando mantas y pancartas, expresaron su descontento ante la supuesta intención del gobierno local de suspender las actividades sonideras de los viernes.
Javier Medina, presidente de la mesa directiva de la Concha Acústica de Toluca, lideró la manifestación y declaró que los bailes sonideros son más que un simple evento recreativo: representan una tradición consolidada durante más de dos décadas.
“No se pueden suspender de la noche a la mañana,” afirmó Medina.
Subrayando la importancia cultural y social de este movimiento en Toluca y su impacto a nivel nacional.
Los bailes sonideros tienen sus raíces en los llamados “Viernes Juveniles”, inicialmente celebrados en la Concha Acústica y posteriormente trasladados al Parque Luis Donaldo Colosio. Desde 2016, la Alameda Central se convirtió en el epicentro de esta actividad, logrando un crecimiento exponencial que posicionó al movimiento sonidero de Toluca como uno de los más importantes del país, solo por debajo de la Ciudad de México y a la par de ciudades como Puebla, Xalapa, San Luis Potosí, León y Guanajuato.
Los manifestantes destacaron que, pese a las críticas y señalamientos sobre supuestos disturbios, el movimiento sonidero se ha mantenido como un espacio seguro para las familias. En los últimos dos años, tras la reanudación de actividades post-COVID-19, no se han registrado incidentes graves. Esto se atribuye a las rondas de vigilancia organizadas por los propios integrantes de la mesa directiva, quienes trabajan para garantizar el orden durante los eventos.
Javier Medina también hizo hincapié en que los problemas ocasionales, como riñas o el consumo de sustancias indebidas, suelen ser provocados por personas ajenas al movimiento sonidero. En estos casos, los asistentes colaboran activamente notificando a las autoridades para mantener la seguridad.
Ante la amenaza de suspender los bailes sonideros, los manifestantes exhortaron al H. Ayuntamiento de Toluca a reconsiderar su postura. Subrayaron que estos eventos son mucho más que una actividad recreativa: representan un punto de encuentro para familias, amigos y comunidades enteras.
“Desde hace ocho años, la Alameda Central de Toluca ha sido un lugar de esparcimiento donde la cultura sonidera brilla y une a la gente en torno a la música y el baile,” destacaron los organizadores.
“Este espacio no debe desaparecer, es parte de nuestra identidad como toluqueños.”
En conclusión, la continuidad de los viernes sonideros en Toluca está en riesgo, pero para quienes participan en ellos, se trata de una tradición que no solo promueve la cultura, sino también la convivencia y el disfrute colectivo. Los bailadores han dejado clara su posición: defenderán este espacio que consideran vital para el tejido social de la ciudad.
Por el momento, el futuro de los bailes sonideros depende de las decisiones que tome el gobierno municipal. Sin embargo, los manifestantes han demostrado que no se rendirán en su lucha por mantener viva esta tradición que ya es parte esencial de la identidad de Toluca.