En el Valle de México, la calidad del aire ha sido motivo de preocupación constante durante el inicio de 2024. La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) ha registrado cinco contingencias ambientales desde el 1 de enero hasta el 3 de mayo, todas atribuidas a niveles elevados de ozono. Este escenario deja solo ocho días con aire considerado limpio, marcando un periodo crítico para la región con 113 días de mala calidad del aire, según información de la Dirección de Calidad del Aire de la Secretaría de Medio Ambiente.
El noroeste del Valle de México, incluyendo áreas como Tlalnepantla, Atizapán y Cuautitlán, ha presentado las condiciones más adversas. Estaciones de monitoreo en estas localidades han reportado valores de ozono que califican como de “Muy Mala Calidad” del aire, con concentraciones máximas alcanzando hasta 170 partes por billón (ppb).
Ante esta situación, la CAMe activó la sexta contingencia del año el pasado 3 de mayo debido a la acumulación de ozono en la atmósfera, exacerbada por la falta de vientos y la alta radiación solar. Las restricciones vehiculares se han intensificado en la zona metropolitana como estrategia para mitigar la emisión de contaminantes y proteger la salud pública.
Durante la temporada de ozono de 2024, que abarca de febrero a junio, se anticipaban entre cinco y ocho contingencias ambientales. Ya se han contabilizado cinco, incluyendo una regional activada el 1 de enero debido a la quema de pirotecnia en algunas alcaldías de la Ciudad de México y municipios del Estado de México.
La importancia de evitar el ejercicio al aire libre durante estas contingencias se hace más patente en las recomendaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La institución aconseja a la población permanecer en interiores tanto como sea posible y evitar actividades físicas externas, dado que la exposición al ozono puede provocar irritación en vías respiratorias, tos, dolor de cabeza y una reducción notable en la capacidad pulmonar.
Este contexto subraya la urgencia de adoptar medidas más eficaces para la gestión de la calidad del aire en el Valle de México. Es vital para la salud y el bienestar de sus habitantes que se implementen políticas ambientales robustas y se fomente una mayor conciencia sobre los riesgos de la contaminación atmosférica.