En Toluca, Estado de México, comerciantes locales han reportado un significativo aumento en las ventas de nieves, aguas frescas, y botellas de agua, registrando incrementos de hasta el 50%. Este fenómeno se atribuye a una ola de calor que, aunque no ha establecido nuevos récords de temperatura, ha intensificado la demanda de productos refrescantes.
A pesar de que las temperaturas máximas han alcanzado los 27.4 grados Celsius, por debajo del récord histórico de 28.1 grados establecido en 1998, los residentes de Toluca reportan una sensación térmica mucho más alta. “Se siente como si fueran 40 grados”, comenta un ciudadano local, reflejando el desafío que enfrentan día a día.
Emilio Rangel, asistente del Observatorio Meteorológico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), confirmó que, aunque el termómetro no ha superado el récord anterior, el calor se siente más intenso debido a factores como la humedad y el viento. Este último, aunque breve y refrescante tras una pequeña lluvia, rápidamente cede paso a un calor abrasador que seca cualquier vestigio de humedad, empeorando la sensación térmica.
Los vendedores de productos refrescantes, como Margarita Mendoza, una comerciante de frutas en la vía pública, han tenido que adaptarse rápidamente a la creciente demanda. “He tenido que aumentar la producción de agua en un 30% o más. Antes no se me acababan algunos sabores en todo el día, ahora piden de todas las alternativas”, señala otro vendedor de la conocida mercería El Paricutín.
Este aumento en la venta de bebidas no solo refleja las condiciones climáticas actuales, sino también una oportunidad económica para los comerciantes locales. Sin embargo, también resalta la importancia de prepararse para condiciones meteorológicas cada vez más extremas, posiblemente vinculadas a cambios climáticos a largo plazo.
Notidex recomienda a los toluqueños mantenerse hidratados y protegidos del sol, especialmente durante las horas más calurosas del día, mientras continúa la tendencia de altas temperaturas.