Este lunes 8 de abril, en un acto que podría haber sido un parteaguas para el futuro político del Estado de México, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) realizó la “Firma de Acuerdos para la Nueva Era Verde” en la “Plaza de las Alas”. Sin embargo, lejos de inspirar un genuino compromiso con los ideales ecologistas y sociales, el evento generó polémica por la figura de César Serrano, quien fue presentado como el candidato del Partido Verde para la presidencia municipal de San Mateo Atenco. Lo que a simple vista podría parecer un paso hacia la renovación política, a muchos les resulta una clara muestra de la ambición desmedida de Serrano, cuya carrera está marcándose por un constante cambio de lealtades en busca del poder.
Con un pasado político anclado en el PRI, donde Serrano ya ocupó la presidencia municipal de San Mateo Atenco en dos ocasiones, su salto al PVEM levanta cuestionamientos sobre su compromiso con los valores ecológicos y sociales que supuestamente defiende el partido, a la vez que pone en evidencia una preocupante tendencia hacia la traición de sus propios ideales y los de sus electores. Este cambio de bandera política es visto por muchos como un acto de conveniencia, una estrategia para mantenerse en el círculo del poder a cualquier costo, incluso si eso significa abandonar sus principios y a quienes una vez representó.
La candidatura de Serrano es un claro reflejo de lo que muchos críticos ven como un problema endémico en la política mexicana: la prevalencia de la ambición personal sobre el verdadero servicio público. La apuesta del partido por un candidato con un historial de cambios ideológicos tan marcados sugiere una preocupante flexibilidad en sus propios principios, poniendo en juego su credibilidad y compromiso con las causas que afirma defender.
A medida que San Mateo Atenco se prepara para las elecciones del próximo 2 de junio, los ciudadanos se enfrentan a la tarea de evaluar críticamente las propuestas y antecedentes de todos los candidatos. Sin embargo, la candidatura de Serrano plantea interrogantes fundamentales sobre la lealtad, la integridad y la verdadera intención detrás de su búsqueda de poder. Para muchos, representa la encarnación de una política oportunista que sacrifica los ideales y la confianza de los votantes en el altar de la ambición personal.
En este contexto, la decisión de los electores de San Mateo Atenco cobra una importancia trascendental. No se trata solo de elegir al próximo presidente municipal, sino de definir el tipo de liderazgo y los valores que desean para su comunidad. La historia política de Serrano y su más reciente cambio de afiliación partidaria envían un mensaje claro sobre sus prioridades y, posiblemente, sobre el futuro que le espera a San Mateo Atenco bajo su liderazgo. La pregunta para los votantes es si están dispuestos a respaldar a un candidato cuya carrera se ha caracterizado por la ambición desmedida y la volubilidad en sus convicciones políticas.
