El tránsito cotidiano por una de las zonas más concurridas de la capital mexiquense se ha convertido en un verdadero desafío. Desde hace varias semanas, automovilistas que circulan entre la calle Primero de Mayo e Isabel la Católica han reportado daños en sus vehículos debido al mal estado de dos coladeras que permanecen rotas, hundidas y sin mantenimiento.
Es posible observar el deterioro de las coladeras, cuyas tapas se encuentran fracturadas y sobresalen del nivel de la vialidad. Esta situación provoca que los vehículos deban maniobrar bruscamente para evitar caer en ellas, lo que complica la circulación y aumenta el riesgo de accidentes.
Además del daño visible en el drenaje, la presencia de baches alrededor de la zona empeora aún más el trayecto, generando molestias constantes entre los automovilistas que utilizan esta vía como conexión hacia el centro y otras colonias de Toluca.
Ante la ausencia de atención por parte de las autoridades locales, habitantes de la zona han optado por colocar llantas y objetos visibles sobre las coladeras afectadas como medida preventiva. Según relatan, varios vehículos ya han caído en estas aberturas, provocando ponchaduras y daños en las ruedas.
“Lo hacemos para que no les pase lo mismo a otros; ya varios vecinos han visto cómo los carros caen directo”, comentó uno de los residentes entrevistados, quien señaló que las improvisadas señales han evitado incidentes mayores, aunque la solución debe venir del municipio.
Automovilistas afectados advirtieron que el problema no sólo compromete las llantas, sino también las suspensiones y partes inferiores de los vehículos, lo que puede representar reparaciones costosas para quienes transitan diariamente por el área.
Muchos consideran incongruente que, mientras se refuerzan las políticas de infracciones vehiculares, las calles continúen en abandono.
Los vecinos y usuarios frecuentes de la vialidad piden al Ayuntamiento de Toluca que realice una inspección y ejecute la reparación correspondiente cuanto antes, pues la zona presenta alto flujo vehicular y representa un riesgo tanto para automovilistas como para motociclistas y ciclistas.
En conclusión, mientras no se atienda el problema, la vialidad continuará siendo un punto crítico, donde cada día aumenta la posibilidad de un accidente mayor.







