Las remesas, uno de los pilares económicos de México, podrían enfrentar una desaceleración significativa en el cierre de 2024 y el inicio de 2025, según señaló el coordinador del Centro de Investigación en Ciencias Económicas de la Facultad de Economía de la UAEMex, Pablo Mejía Reyes. Esta situación estaría estrechamente relacionada con el contexto político y social que atraviesa Estados Unidos debido a su proceso electoral.
El reciente informe del Banco de México destaca una caída en las remesas durante septiembre de 2024. México recibió 5,359 millones de dólares, un 4.81% menos en comparación con los 5,617 millones de dólares registrados en el mismo mes de 2023. Sin embargo, el Estado de México presentó un crecimiento del 8.28%, alcanzando los 3,507.6 millones de dólares en el mismo periodo.
Este contraste refleja la complejidad de la economía mexicana y su dependencia de los ingresos enviados por connacionales en Estados Unidos, los cuales enfrentan retos como la baja creación de empleo, tensiones comerciales con China y la incertidumbre política ante las elecciones presidenciales estadounidenses.
Mejía Reyes señaló que la economía estadounidense es un motor clave para la recepción de remesas en México. Entre los factores que influyen en su desaceleración destacan:
- Baja generación de empleos: La falta de oportunidades laborales en Estados Unidos afecta directamente a los migrantes, limitando su capacidad para enviar dinero a sus familias en México.
- Tensiones comerciales con China: Estas disputas impactan negativamente a diversos sectores económicos, agravando la incertidumbre financiera.
- Proceso electoral en EE. UU.: Las posibles modificaciones en políticas públicas y comerciales generan inquietud entre los trabajadores migrantes y sus familias en México.
En el caso del Estado de México, aunque los ingresos por remesas han mostrado un crecimiento sostenido, el académico advirtió que los recientes datos reflejan una desaceleración en el ritmo de este crecimiento, lo cual está alineado con la tendencia nacional.
La disminución en el flujo de remesas podría tener consecuencias significativas para las familias que dependen de estos recursos, especialmente en un contexto donde los ingresos suelen destinarse al consumo local. Según Mejía Reyes, esta situación puede ocasionar:
- Inestabilidad en el bienestar social: Familias que dependen de las remesas podrían ver afectada su calidad de vida.
- Reducción en el consumo: Los ingresos de fin de año, destinados a gastos locales, podrían disminuir, afectando la economía regional.
El académico destacó que, hacia la segunda mitad de 2025, podrían observarse signos de recuperación económica. Factores como el control de la inflación y una menor incertidumbre política en Estados Unidos contribuirían a retomar el crecimiento en inversión, comercio y consumo.
“Esperaríamos que, al reducirse la incertidumbre tras las elecciones en Estados Unidos, las políticas públicas sean más claras y generen un entorno más estable para los migrantes y sus familias”, comentó Mejía Reyes.
En conclusión, la desaceleración en el crecimiento de las remesas es un reflejo de las interdependencias económicas entre México y Estados Unidos. Mientras el Estado de México mantiene cifras positivas, el panorama a nivel nacional enfrenta retos significativos. La estabilidad económica de las familias que dependen de estos ingresos será crucial para mitigar los impactos de este fenómeno en los próximos meses.