Practicar deportes extremos al aire libre no solo representa una experiencia emocionante y enriquecedora, también se ha convertido en una ventana directa al impacto del cambio climático. Actividades como ciclismo de montaña, rappel, alpinismo, escalada, kayak, espeleísmo y senderismo, permiten a los deportistas recorrer y conocer diversos ecosistemas, pero también ser testigos del deterioro ambiental que enfrenta nuestro planeta.
Jorge Hermosillo, reconocido alpinista del Estado de México y miembro del Club de Exploradores de México (CEMAC), sección Toluca, compartió su visión sobre la urgencia de actuar frente a la crisis ecológica. Con una trayectoria que incluye el ascenso al Monte Everest en 2002, Hermosillo ha recorrido diversos paisajes naturales, observando de primera mano cómo han cambiado los entornos naturales en las últimas décadas.
“No vale la pena destruir la naturaleza”, expresó con firmeza. “Estamos perdiendo nuestras áreas verdes, los bosques están siendo talados y los ríos contaminados. Todo esto tiene consecuencias que ya estamos viviendo.”
Aunque las actividades deportivas al aire libre fomentan la salud física y el turismo, también permiten detectar los efectos visibles del cambio climático: disminución de áreas verdes, tala indiscriminada, escasez de agua, e incremento de zonas áridas. Hermosillo advierte que al recorrer los mismos caminos de años anteriores, es notorio el cambio en los paisajes.
Un ejemplo alarmante es el Nevado de Toluca, donde los bosques que antes se extendían hasta zonas bajas como Cacalomacán, hoy han retrocedido significativamente.
“Antes podíamos ver vegetación desde la base, ahora debemos avanzar más de 15 kilómetros para encontrarnos con el bosque, y lo que queda está muy deteriorado”, lamentó.
A través del CEMAC, Hermosillo y su equipo han participado en campañas de reforestación en espacios como el Parque Sierra Morelos y Alameda 2000, sin embargo, reconoce que estos esfuerzos aún no logran compensar la pérdida masiva de árboles.
Además de la deforestación, preocupa la contaminación del agua. Hermosillo denunció que muchos arroyos y presas están siendo utilizados para otros fines, dificultando la recuperación natural de los ecosistemas.
La concientización ambiental debe comenzar desde la infancia. Hermosillo hizo un llamado a las autoridades de turismo, ecología, educación y conservación forestal, así como a la sociedad civil, para trabajar en conjunto y educar a niños y jóvenes sobre la importancia de preservar la naturaleza.
En conclusión, el mensaje es claro: la naturaleza no puede esperar. Cada expedición, cada kilómetro recorrido en medio de montañas, bosques o ríos, representa una oportunidad para reflexionar sobre el impacto humano en el medio ambiente. Las voces como la de Jorge Hermosillo nos recuerdan que disfrutar de la naturaleza implica también protegerla y respetarla.