Una grave denuncia sacude al Ayuntamiento de Toluca luego de que se reportara la muerte de al menos 10 caballos pertenecientes a la Policía Montada Municipal, hecho que ha generado indignación en redes sociales y preocupación entre activistas de protección animal.
Desde el inicio de su administración, el alcalde Ricardo Moreno había manifestado su compromiso para atender de manera inmediata casos de maltrato animal, exhortando a la ciudadanía a denunciar cualquier abuso. Sin embargo, las recientes muertes ponen en entredicho la congruencia de dichas políticas, ya que los decesos ocurrieron dentro de una dependencia municipal.
De acuerdo con testimonios y versiones difundidas en medios locales, el tesorero municipal, Florencio Valladares, habría ordenado un cambio en la dieta de los caballos, sustituyendo el alimento habitual por otro de diferente tipo. Este cambio se implementó desde febrero y, según fuentes cercanas, podría estar relacionado con el deterioro de salud y la muerte de los animales.
Especialistas en cuidado equino señalan que los caballos utilizados en labores policiales requieren una nutrición balanceada, de alta calidad y adaptada a su nivel de entrenamiento y trabajo físico. Un cambio brusco o la utilización de insumos de baja calidad puede derivar en problemas digestivos graves e incluso la muerte.
Hasta el momento, ni el alcalde Ricardo Moreno ni el tesorero Florencio Valladares han emitido una declaración oficial que confirme o desmienta la versión de que la alimentación fue la causa de las muertes. Tampoco se han dado a conocer resultados de alguna investigación interna o peritaje veterinario.
Por su parte, la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, tampoco ha abordado el tema públicamente, a pesar de que su administración ha impulsado acciones para la protección de animales en la entidad.
En plataformas digitales ya circulan los nombres de seis de los caballos fallecidos, así como fotografías y mensajes que exigen justicia. Se destaca que la mayoría de estos animales tenían entre siete y ocho años de edad, una etapa considerada óptima para el servicio policial. Además, se reporta que al menos un caballo más presenta un estado de salud delicado.
Organizaciones civiles y ciudadanos piden a las autoridades municipales que se esclarezca lo ocurrido, se transparente la información y, en caso de confirmarse negligencia, se apliquen sanciones a los responsables.
Este incidente no solo pone en la mira la gestión de recursos para el cuidado animal dentro del gobierno municipal, sino que también cuestiona el cumplimiento de las promesas hechas al inicio de la administración en materia de bienestar y protección animal.