El Instituto Universitario Franco Inglés de México, ubicado en Metepec, se encuentra en el ojo del huracán tras la difusión de un video que muestra presunto maltrato animal durante una práctica de laboratorio. Este incidente ha desatado una ola de indignación y llamados a la acción por parte de grupos defensores de los derechos de los animales, como Vox Animal. Además, otras denuncias sobre envenenamiento de perros y deficiencias en el control canino han salido a la luz, generando una creciente preocupación en la comunidad.
El reciente escándalo en el Instituto Universitario Franco Inglés de México ha desatado una serie de acusaciones y contrapuntos entre activistas por los derechos de los animales y los directivos de la institución. Según activistas de Vox Animal, un ratón fue sometido a una práctica de laboratorio para evaluar el avance de un anestésico, sin garantías de un trato ético y humanitario. La petición de investigar estos hechos y aplicar sanciones a los responsables ha sido dirigida a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez.
Sin embargo, los directivos del Instituto Universitario Franco Inglés de México niegan rotundamente cualquier forma de maltrato animal durante la práctica en cuestión. Aseguran que se siguieron los protocolos establecidos, incluyendo el uso obligatorio de anestesia, para garantizar el bienestar de los roedores utilizados en el estudio farmacológico.
Esta controversia ha abierto un debate sobre la ética en la experimentación animal y la necesidad de un escrutinio más riguroso en el cumplimiento de las normativas pertinentes, como la Norma Oficial Mexicana NOM-062-ZOO-1999. Activistas como Uriel Arellano Quintana y Eloísa Estrada Sánchez han destacado la importancia de garantizar el respeto y la protección de los derechos de los animales en cualquier contexto, incluidos los entornos de investigación científica.
Además del caso en el Instituto Universitario Franco Inglés de México, otras preocupaciones han surgido en torno al bienestar animal en el Estado de México. La denuncia sobre el envenenamiento de cinco perros en Atizapán de Zaragoza y la presunta falta de funcionamiento de un Centro de Control y Bienestar Canino en Almoloya de Juárez son solo algunos ejemplos. La operación de una camioneta de recolección canina en Capulhuac también ha sido cuestionada por presuntas irregularidades en sus procedimientos.
En conclusión, el suceso en el Instituto Universitario Franco Inglés de México ha puesto de manifiesto la importancia de abordar de manera efectiva el maltrato animal y las deficiencias en el control de la población canina en el Estado de México. Es crucial que las autoridades tomen medidas contundentes para investigar estas denuncias, aplicar sanciones apropiadas en caso de comprobarse irregularidades y fortalecer las regulaciones destinadas a proteger a los animales. El respeto y la consideración hacia todas las formas de vida deben ser prioridades indiscutibles en nuestra sociedad.