El jueves 26 de septiembre, se conmemora el décimo aniversario del caso Ayotzinapa, uno de los eventos más dolorosos y emblemáticos en la historia reciente de México. Las marchas y protestas en la Ciudad de México y otras ciudades del país recuerdan la trágica desaparición de 43 estudiantes normalistas, un suceso que aún duele profundamente en la sociedad mexicana y que sigue sin resolverse por completo.
El caso Ayotzinapa es una herida abierta que refleja la cruda realidad de la violencia y la impunidad en México. En septiembre de 2014, un grupo de estudiantes rurales fue brutalmente atacado, resultando en la desaparición de 43 jóvenes, víctimas de una red criminal apoyada por autoridades estatales. A lo largo de estos diez años, la búsqueda de justicia ha sido obstaculizada por la ineficacia y complicidad de las autoridades en varios niveles de gobierno.
Marcha CDMX
En la Ciudad de México se llevará a cabo una marcha en su honor. A partir de las 16:00 horas, el contingente partirá del Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo capitalino, siguiendo una ruta que pasará por Paseo de la Reforma, Avenida Juárez, Eje Central y la calle 5 de Mayo.
La movilización será encabezada por los padres y madres de los normalistas, acompañados por miles de personas y organizaciones sociales y políticas, bajo el lema: “¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!”. Este evento es ya una tradición anual en la capital, exigiendo el esclarecimiento de los hechos ocurridos en Guerrero en 2014.
Previo a la marcha, las inmediaciones del Zócalo y Palacio Nacional han sido cercadas por las autoridades, como medida preventiva ante la concentración de manifestantes. Aunque ha pasado una década, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha confirmado que el caso Ayotzinapa “no es un expediente cerrado”, reafirmando el compromiso del gobierno con la justicia en este emblemático caso. La investigación ha señalado a las Fuerzas Armadas como partícipes, lo que ha limitado el alcance de las pesquisas. A pesar de los esfuerzos por arrojar luz sobre lo ocurrido, la destrucción de pruebas y el silencio de testigos clave han dejado muchos vacíos en el relato de esa fatídica noche.
El aniversario de Ayotzinapa también es un recordatorio de que la situación de seguridad en México ha cambiado poco en la última década. Las estadísticas son alarmantes: más de 30,000 asesinatos al año y una ola de violencia que afecta a diversas regiones del país. El reciente conflicto en Culiacán, Sinaloa, donde las pugnas entre grupos criminales han dejado muertos y desaparecidos de forma diaria, refleja una realidad que se repite en otros estados como Puebla y Guanajuato.
La violencia en México se ha vuelto tan habitual que muchos casos no reciben la atención que merecen. Esto es parte de un problema estructural: la impunidad en el país supera el 90%, lo que evidencia la necesidad urgente de una reforma profunda en las fiscalías y en el sistema de justicia.
El caso Ayotzinapa ha puesto de relieve una de las mayores problemáticas de México: la interconexión entre crimen organizado, política y cuerpos de seguridad. La investigación de este caso ha permitido vislumbrar cómo operan redes criminales con el respaldo de autoridades a nivel local, estatal y federal. A pesar de que hay más de 100 personas procesadas por su participación en el ataque, incluyendo policías y militares, la justicia plena aún parece inalcanzable.
Este panorama es un reto enorme para el gobierno entrante de Claudia Sheinbaum. La futura presidenta heredará un país desgarrado por la violencia y la inseguridad, donde políticas de mano dura, como las implementadas por Felipe Calderón, o más conciliadoras, como las de López Obrador, no han logrado frenar la violencia. La consolidación de la Guardia Nacional será un desafío clave para su administración, pero como ha quedado demostrado en los últimos años, el control territorial no es suficiente. Se requiere una estrategia integral que ataque las causas profundas de la violencia y garantice el respeto a los derechos humanos.
A diez años del ataque, el caso Ayotzinapa sigue siendo un símbolo de la lucha por la verdad y la justicia en México. A pesar de los avances, las familias de los 43 estudiantes siguen esperando respuestas claras. Este aniversario, marcado por el dolor y la frustración, subraya la importancia de seguir exigiendo justicia, no solo por Ayotzinapa, sino por todas las víctimas de la violencia en el país.
El legado de Ayotzinapa nos recuerda que México necesita un cambio profundo en su sistema de justicia y seguridad. Sin este cambio, la violencia y la impunidad continuarán siendo una constante en la vida de millones de mexicanos. Este caso, que ha capturado la atención internacional, es solo la punta del iceberg de una problemática mucho más amplia que afecta al país en su conjunto.
En Notidex, continuaremos informando sobre este y otros casos que impactan la vida de todos los mexicanos, con el compromiso de seguir buscando la verdad y la justicia en un país que lucha por encontrarla.
