Los “Pinta-Cáritas” del centro de la ciudad de Toluca, ubicados en la intersección de 5 de Febrero y casi Hidalgo, enfrentan una temporada complicada. A diferencia de otros años, la afluencia de clientes ha caído un 60% en comparación con la temporada pasada, lo cual atribuyen a la demora en obtener permisos y a la falta de difusión de esta actividad tradicional.
Según Elizabeth Ramírez, una de las Pinta-Cáritas, el permiso para instalar sus puestos solo llegó la semana pasada, lo cual ha dificultado la captación de clientes. Esta situación preocupa a quienes dependen de esta actividad, ya que los Pinta-Cáritas se preparan con cursos y actualizaciones en academias especializadas, siendo su oficio un arte que va más allá de la venta ambulante. De hecho, muchos asisten a congresos y talleres en la Ciudad de México, así como a capacitaciones en línea.
Los precios para pintar una carita varían según el diseño y el material utilizado. Para niños, los precios oscilan entre los 85 y los 500 pesos, mientras que en el caso de los adultos van de 135 a 600 pesos. Las catrinas modernas, que combinan pintura con detalles de pedrería, se mantienen como los diseños favoritos de la temporada y su precio va entre los 300 y 380 pesos.
Las Pinta-Cáritas tienen la esperanza de que, en la última semana de esta temporada de Día de Muertos, la demanda se incremente.
A pesar de la baja en la afluencia, han tenido momentos destacados, con clientes de todas las edades y procedencias. Durante los eventos escolares, los niños han sido los principales interesados, aunque también han recibido visitantes internacionales, como una clienta de Venezuela que, en un toque creativo, decidió pintar su panza de calabaza para la temporada.
En este contexto, las Pinta-Cáritas hacen un llamado a la comunidad para que aprovechen el horario de atención de 09:00 a 21:00 horas en estos últimos días de operación. La tradición de pintarse el rostro como catrinas y otros personajes icónicos del Día de Muertos es una manera de revivir y celebrar las costumbres mexicanas, y apoyar a quienes, como ellas, encuentran en esta actividad un medio de vida y una expresión de arte.
En conclusión, los Pinta-Cáritas enfrentan una temporada baja debido a permisos tardíos y falta de promoción. Con precios accesibles y un trabajo artístico cuidadosamente preparado, invitan a la comunidad a unirse a esta tradición.