A pesar de las restricciones impulsadas por el gobierno federal para limitar el consumo de productos ultraprocesados entre estudiantes, en diversas escuelas públicas de nivel básico en Toluca aún se observa la venta cotidiana de frituras, dulces y refrescos en los accesos principales.
Durante un recorrido se constató que los puestos ambulantes continúan operando sin restricciones visibles, lo que evidencia un cumplimiento parcial del programa nacional “Vive saludable, vive feliz”, el cual busca promover hábitos de alimentación y estilos de vida saludables dentro del entorno escolar.
Para muchos padres, el esfuerzo al interior de las instituciones no es suficiente si los menores tienen acceso inmediato a comida chatarra apenas cruzan la puerta. Daniela Martínez, madre de un alumno de nivel primaria, comentó que en las escuelas se han implementado algunas acciones de sensibilización, pero su impacto se reduce cuando los alumnos encuentran frituras y bebidas azucaradas en los alrededores.
De acuerdo con testimonios de otros padres, la aplicación del programa federal tuvo mayor fuerza durante los primeros meses del año, pero conforme avanzó el ciclo escolar la supervisión se debilitó. Hoy, aseguran, ya no se aprecia un seguimiento constante por parte de las autoridades.
El programa “Vive saludable, vive feliz” forma parte de una estrategia nacional para combatir el sobrepeso y la obesidad en el país. Su propósito es fortalecer la salud de los estudiantes mediante alimentación equilibrada, actividad física diaria, cuidado bucal y visual, apoyo emocional y prevención de adicciones.
No obstante, padres de familia coinciden en que la falta de coordinación entre niveles de gobierno y la ausencia de operativos permanentes dificultan su éxito.
La preocupación no es menor. Datos de la Secretaría de Salud federal indican que siete de cada diez adultos en México viven con sobrepeso u obesidad, y uno de cada tres niños enfrenta la misma condición. Estas cifras están ligadas a enfermedades crónicas como diabetes, afecciones cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Especialistas subrayan que limitar la oferta de ultraprocesados en zonas escolares es una medida crucial para frenar estas estadísticas, pero su efectividad depende de la supervisión local.
En los accesos de varias escuelas de Toluca, se observó la presencia diaria de vendedores ambulantes que ofrecen frituras con chile, refrescos, dulces y otros productos de bajo valor nutricional. Aunque la normativa federal prohíbe su venta al interior de los planteles, en el exterior la regulación es prácticamente nula.
La permanencia de la comida chatarra alrededor de las escuelas ha reabierto el debate sobre la corresponsabilidad entre autoridades educativas, sanitarias y municipales. Padres, docentes y especialistas coinciden en que la estrategia federal no puede funcionar sin una supervisión constante en el entorno inmediato de los centros escolares.
Mientras tanto, miles de estudiantes continúan expuestos a productos que contradicen los esfuerzos por fomentar una alimentación saludable y frenar el avance de la obesidad en México.







