La falta de políticas públicas efectivas dirigidas a personas con discapacidad marca un preocupante vacío en la gestión del actual presidente municipal de Toluca, Ricardo Moreno Bastida. En una ciudad que supera los 910 mil habitantes, miles de ciudadanos enfrentan diariamente obstáculos estructurales y sociales que limitan su inclusión y acceso pleno a sus derechos.
De acuerdo con datos del INEGI, Toluca cuenta con 910,608 habitantes, de los cuales 471,435 son mujeres y 439,173 son hombres. Sin embargo, detrás de estas cifras generales se esconde una realidad invisibilizada: una parte significativa de la población vive con alguna forma de discapacidad y no cuenta con el respaldo institucional necesario.
Según la plataforma Data México, en la capital mexiquense:
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15,033 personas presentan discapacidad visual (1.65 % de la población).
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13,854 personas tienen alguna discapacidad física.
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7,616 personas padecen discapacidad auditiva.
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6,020 personas enfrentan problemas de movilidad (0.66 %).
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5,910 personas tienen dificultades para recordar (0.65 %).
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5,049 personas presentan limitaciones para comunicarse.
Cabe señalar que una persona puede contar con más de una discapacidad, por lo que puede estar incluida en diversas categorías.
La falta de infraestructura adecuada es uno de los principales problemas. Calles, banquetas y cruceros viales en Toluca no están diseñados ni adaptados para el tránsito seguro de personas con discapacidad visual o motriz. La ausencia de rampas, señalización en braille, semáforos sonoros y espacios públicos accesibles es evidente, lo que impide una movilidad digna y segura.
Esta situación no es nueva, pero sí se ha profundizado en la actual administración. Organizaciones sociales han señalado el desinterés del gobierno local por crear políticas integrales que promuevan la inclusión, educación accesible, salud especializada y oportunidades laborales para este sector.
Toluca necesita con urgencia una estrategia municipal clara y efectiva que garantice los derechos de las personas con discapacidad. El desarrollo urbano debe estar acompañado por una visión incluyente que respete la diversidad y promueva la equidad.
Mientras otras ciudades avanzan en la implementación de planes de accesibilidad universal, Toluca permanece rezagada bajo la administración de Ricardo Moreno Bastida, quien hasta el momento no ha presentado una política pública sólida en esta materia.
En conclusión, la deuda social con las personas con discapacidad en Toluca no puede seguir ignorándose. Las cifras hablan por sí solas, pero también lo hacen las banquetas rotas, la falta de transporte accesible y la carencia de programas de apoyo. En un momento donde la inclusión debe ser eje central de las políticas públicas, Toluca necesita con urgencia acciones concretas y sostenibles que garanticen una ciudad para todas y todos.