En los últimos meses, residentes de Toluca han manifestado su creciente preocupación por la presencia de perros callejeros, algunos de razas consideradas potencialmente peligrosas, como dóberman y terrier, en la avenida principal que conduce al Parque Sierra Morelos, así como en calles aledañas.
Vecinos han descrito la situación como una amenaza constante para la seguridad de quienes transitan por la zona, especialmente para niños, ciclistas y peatones que utilizan esta vía a diario.
De acuerdo con testimonios recopilados en la zona, como el de Denisse Mendoza, algunos de estos animales han mostrado conductas agresivas:
“Son perros que atacan a ciclistas, motociclistas y personas que simplemente caminan por la calle”, señaló.
Denisse también expresó su frustración por la aparente inacción de las autoridades municipales. Asegura que muchos de estos animales no tienen dueño visible, pero otros claramente pertenecen a personas que los dejan sueltos sin supervisión.
“Ojalá que los dueños de perros agresivos se hicieran responsables. Lamentablemente, la autoridad solo actúa cuando ocurre un accidente”.
Más allá del riesgo de ataques, la presencia de fauna canina no controlada también plantea posibles consecuencias en materia de salud pública. Las mordeduras pueden requerir atención médica inmediata y, en casos más graves, provocar infecciones o transmitir enfermedades como la rabia.
Vecinos temen que, sin medidas preventivas, los incidentes aumenten, sobre todo considerando el tránsito constante de familias, deportistas y personas mayores en la zona.
Según datos del Centro de Control y Bienestar Animal, Toluca se posiciona como el tercer municipio con mayor cantidad de perros en el Estado de México, con una población estimada en 280 mil canes, de los cuales 196 mil viven en situación de calle.
Este alto número representa un desafío tanto para el bienestar animal como para la convivencia segura en espacios públicos.
Uno de los casos más recientes ocurrió en la comunidad de San Pablo Autopan, donde un joven, identificado como Yael, fue atacado por una jauría mientras caminaba por la calle Benito Juárez. El incidente le dejó heridas que requirieron tratamiento médico y gastos que fueron absorbidos por su familia.
El gobierno local ha negado la realización de redadas o sacrificios de animales en situación de calle. Sin embargo, dentro del Parque Sierra Morelos, sólo se permite el ingreso de perros acompañados por sus dueños, quienes deben pagar una cuota de entrada de 20 pesos.
Esta regulación contrasta con la situación externa al parque, donde la falta de control representa un problema creciente.
En conclusión, la situación en torno al Parque Sierra Morelos refleja una problemática estructural que requiere atención urgente por parte de las autoridades y mayor responsabilidad por parte de los dueños de mascotas. Sin una intervención oportuna, los riesgos para la seguridad y salud pública seguirán aumentando.
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