La noche del jueves, un nuevo atropellamiento en la carretera Toluca-Palmillas desató la furia de vecinos de las comunidades San Pablo Autopan y Ojo de Agua, quienes bloquearon ambos sentidos de la vía exigiendo soluciones urgentes en materia de seguridad peatonal.
La movilización vecinal no surgió de la nada. Durante más de 30 años, residentes de esta zona han solicitado la construcción de un puente peatonal que una a ambas comunidades, divididas por una vía de alta velocidad. Según testimonios, las personas deben cruzar corriendo para llevar a los niños a la escuela o acudir al trabajo, lo que pone en peligro sus vidas a diario.
“Estamos cansados de pedir lo mismo. No es justo tener que arriesgarnos todos los días”, comentaron varios habitantes mientras alimentaban con llantas encendidas las barricadas colocadas sobre la carretera.
Alrededor de las 19:00 horas, un joven fue atropellado mientras se encontraba en la banqueta esperando a un familiar. Este hecho fue el detonante para que los vecinos bloquearan la carretera Toluca-Palmillas, a la altura del Bordo de San Jerónimo, utilizando piedras y fuego como forma de protesta.
El joven fue trasladado en estado grave por personal del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM) a un hospital cercano.
El cierre de la carretera generó un caos vial que se extendió por más de 10 kilómetros. Las calles aledañas también fueron bloqueadas, paralizando completamente el tránsito tanto en los carriles centrales como en los laterales de esta importante conexión entre Toluca y el norte del Estado de México.
A pesar de los intentos de transportistas por avanzar, los manifestantes reforzaron las barricadas. En esta ocasión no hubo pancartas ni consignas políticas, sólo una exigencia concreta: infraestructura segura para cruzar la carretera.
Los vecinos aseguraron que no levantarán los bloqueos hasta que representantes del gobierno del Estado de México se presenten en el lugar y se comprometan con una fecha concreta para la construcción del puente o, en su defecto, la instalación de reductores de velocidad en todos los carriles.
“El puente más cercano está a casi dos kilómetros. No es justo para los abuelos o para quienes apenas pueden caminar. Queremos una solución ya”, dijeron.
Hasta las 23:00 horas del jueves, no se había entablado diálogo con las autoridades, mientras el hartazgo vecinal seguía en aumento.