Las calles de Chalco, Estado de México, han sido testigo de la resiliencia de sus habitantes tras las inundaciones que afectaron al municipio hace cuatro meses. Vecinos y locatarios enfrentan una lucha diaria por superar las pérdidas materiales y económicas mientras esperan que se materialicen los apoyos prometidos por los gobiernos estatal y municipal.
En colonias como Culturas de México y Jacalones, miles de familias han quedado atrapadas entre deudas y préstamos mientras intentan reconstruir sus vidas. Los enseres domésticos prometidos por las autoridades, junto con el apoyo económico para los comerciantes afectados, siguen siendo una promesa incumplida.
“Tuvimos que mover nuestro negocio a otro lado porque sigo limpiando lo poco que nos dejó el agua, pero todavía no tenemos para cuándo. No nos han dicho nada sobre los apoyos del municipio ni del estado, entonces seguimos en espera”, comentó una vecina de la calle Purépechas, reflejando el sentir de muchas familias que aún esperan respuestas concretas.
La Secretaría de Desarrollo Económico informó que al menos 46 negocios permanecen cerrados tras las inundaciones. Este es el caso de Miguel, un pastelero de la colonia Emiliano Zapata que perdió todo lo que había construido durante más de 20 años. A pesar de contar con una póliza de seguro, los problemas para hacerla efectiva han retrasado el pago necesario para recuperar su pastelería.
“Continuamos sin abrir la pastelería por falta del pago de la aseguradora, pese a que ya transcurrió el tiempo que por ley tenían para hacerlo efectivo. Mis 18 trabajadores, en su mayoría mujeres y madres solteras, y yo estamos en espera de la resolución”, explicó Miguel.
Para solventar gastos como salarios y prestaciones, Miguel tuvo que recurrir a un préstamo, lo que ha incrementado su carga financiera en medio de la incertidumbre.
El programa “Colibrí Emprende”, anunciado como apoyo para los comerciantes, sigue siendo una esperanza sin concretarse para personas como Laura, una comerciante de Culturas de México. Ella también recurrió a un préstamo para mantener su negocio funcionando, pero enfrenta dificultades económicas debido al retraso en los apoyos.
“Estoy sobreviviendo al día, porque no dejo de pagar renta del local, tengo que seguir surtiéndome, pagar el préstamo mensualmente, y aparte me quedé sin algunos muebles. Es muy complicado, pero poco a poco nos vamos adaptando”, expresó Laura, quien, como muchos otros comerciantes, urge una solución pronta para evitar el colapso de su negocio.
Mientras los vecinos esperan ayuda, las condiciones en las colonias afectadas siguen siendo deplorables. El fuerte olor a drenaje, espejos de agua estancada y coladeras destapadas forman parte del paisaje cotidiano. En la intersección de las calles Purépechas y Chalchihuitlicue, un hueco lleno de aguas negras requiere bombeos constantes, pero la reparación ha sido postergada debido a la falta de coordinación entre las autoridades locales y la Comisión Nacional del Agua.
El aumento de las temperaturas ha intensificado los olores desagradables, afectando aún más la calidad de vida de los habitantes. “Es insoportable, sobre todo cuando hace calor. Ya llevamos meses así y no vemos para cuándo lo solucionen”, comentó un vecino de la zona.
En conclusión, los vecinos y comerciantes de Chalco continúan en espera de las promesas gubernamentales para recuperar sus vidas. La entrega de enseres domésticos, los apoyos económicos y la reparación de la infraestructura dañada son esenciales para avanzar en la reconstrucción del municipio.
Mientras tanto, la solidaridad entre los habitantes se ha convertido en un pilar para resistir ante la adversidad, pero es evidente que la acción gubernamental es urgente y necesaria para devolverles la estabilidad que perdieron hace ya varios meses.
