Por primera vez en la historia del poder judicial del Estado de México, una jueza ha sido elegida por voto popular. Su nombre es Verónica Ávila Cera, y su elección como jueza penal del distrito judicial de Toluca no solo marca un logro en el sistema legal, sino que también simboliza el inicio de una nueva etapa en la administración de justicia: más cercana y transparente.
En una entrevista exclusiva con Notidex, Verónica Ávila Cera compartió sus impresiones sobre este proceso histórico y los retos que acompañan su nueva responsabilidad.
La primera jueza penal electa por voto ciudadano en Toluca
La reciente reforma al poder judicial en el Estado de México abrió la puerta para que los ciudadanos eligieran directamente a jueces y juezas mediante elecciones. En este contexto histórico, Verónica Ávila Cera fue electa por la voluntad popular, convirtiéndose en la primera jueza penal en obtener su cargo por medio del voto en el distrito judicial de Toluca.
Este hecho representa un cambio profundo en el modelo tradicional del sistema judicial, en el que las designaciones solían hacerse a puerta cerrada. Hoy, la ciudadanía tiene voz y voto, y Verónica Ávila se ha convertido en la cara visible de esta transformación.
Rompiendo barreras en la justicia mexicana
Para Verónica Ávila, ser la primera jueza penal electa no es solo un logro personal, sino un paso adelante para toda la comunidad.
“Significa una oportunidad para romper barreras y demostrar que, con trabajo duro, dedicación y pasión por lo que uno hace, los sueños se pueden alcanzar”, declaró en entrevista exclusiva con Notidex.
Su elección es el resultado de una carrera construida sobre los pilares del mérito, la ética profesional y el compromiso con la verdad y la justicia. Además, representa una nueva etapa donde el poder judicial debe responder a las necesidades reales de la gente.
Una justicia con rostro humano y valores firmes
Verónica Ávila asume su cargo con un enfoque claro: una justicia que escuche, que respete y que esté al servicio de todas las personas. Guiada por valores como la imparcialidad, la equidad, la honestidad y la cercanía con la ciudadanía, la jueza busca construir una relación de confianza entre la sociedad y el sistema penal.
“Creo firmemente que la justicia debe ser accesible para todos, sin importar su origen, género o estatus social”, afirma.
Su visión también incluye una aplicación empática de la ley, que reconozca las circunstancias humanas detrás de cada expediente judicial.
Desafíos y legado de una jueza electa por la ciudadanía
Uno de los mayores desafíos que enfrentó Verónica fue la novedad del proceso: nunca antes en el Estado de México se había elegido a jueces a través del voto.
“Tuve la oportunidad de romper con viejas estructuras y abrir un camino para que las futuras generaciones puedan ser elegidas por su capacidad y méritos”, señala con orgullo.
Como jueza penal electa, su compromiso va más allá de resolver casos. Su sueño es impulsar un cambio cultural profundo en el sistema judicial mexicano, uno donde las personas sientan que su voz es escuchada, que su caso importa y que la justicia es verdaderamente imparcial y humana.
Una figura clave en la transformación judicial de Toluca
La elección de Verónica Ávila no solo es un precedente, sino también un modelo a seguir en el nuevo esquema del poder judicial. Su llegada al cargo con respaldo ciudadano le otorga una legitimidad democrática que fortalece la relación entre la sociedad y las instituciones.
Con su liderazgo, se espera avanzar hacia un sistema de justicia más transparente, eficiente y cercano, donde la elección popular se traduzca en mayor responsabilidad, mejor atención al ciudadano y un compromiso real con los derechos humanos.
