La ensalada de manzana es uno de los platillos más esperados en las mesas mexicanas durante la temporada decembrina. Cremosa, dulce y refrescante, suele prepararse con manzana, crema o leche condensada, piña en almíbar, pasas, nuez y, en algunas versiones familiares, malvaviscos. Aunque hoy se considera un clásico de la Navidad en México, su historia tiene raíces internacionales que pocos conocen.
Lejos de ser una receta creada originalmente en territorio mexicano, la ensalada de manzana es el resultado de una adaptación cultural y gastronómica que transformó un platillo extranjero en un símbolo de las fiestas decembrinas nacionales.
Antecedente internacional: la Waldorf salad de Nueva York
El origen más reconocido de la ensalada de manzana se remonta a finales del siglo XIX, específicamente a 1896, en Nueva York. En ese año se documentó por primera vez la Waldorf salad, una receta creada en el prestigioso Hotel Waldorf-Astoria y atribuida a su maître d’hôtel, Oscar Tschirky.
La versión original poco se parece a la que hoy se sirve en México. Era una preparación sencilla y salada, elaborada únicamente con manzana fresca, apio picado y mayonesa. Con el paso del tiempo, la receta comenzó a modificarse en Estados Unidos, incorporando nueces y uvas, lo que marcó el inicio de sus variaciones dulces.
Cabe aclarar que, aunque en algunas publicaciones se menciona 1823 como año de origen, esa fecha no coincide con la evidencia histórica más sólida, que sitúa el nacimiento del platillo hacia finales del siglo XIX.
De ensalada salada a postre navideño: la versión mexicana
El contacto cultural y gastronómico entre México y Estados Unidos durante el siglo XX facilitó la llegada de esta ensalada al país. Sin embargo, en México no se replicó de forma literal: se reinventó.
Del sabor salado al perfil dulce
Uno de los cambios más importantes fue la sustitución de la mayonesa por ingredientes lácteos dulces como crema, media crema y leche condensada. Este ajuste transformó la ensalada en algo más cercano a un postre frío, ideal para acompañar platillos fuertes.
Ingredientes de temporada y tradición
La versión mexicana incorporó productos muy presentes en la despensa decembrina:
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Piña en almíbar y otras frutas en conserva
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Pasas y nuez, ingredientes asociados a celebraciones
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Malvaviscos, en algunas recetas familiares modernas
Estos elementos no solo aportaron dulzor y textura, sino que ayudaron a consolidar la ensalada como un platillo festivo.
¿Por qué se volvió un símbolo de la Navidad en México?
No existe un documento oficial que declare a la ensalada de manzana como platillo navideño. Su asociación con la Navidad se explica por razones culturales y prácticas:
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Funciona como un contraste fresco y dulce frente a cenas abundantes como pavo, lomo, romeritos o bacalao.
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Utiliza ingredientes fáciles de conseguir en diciembre, cuando las manzanas, nueces y pasas están en temporada.
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Se adapta bien a la cocina familiar, permitiendo variaciones según el gusto y la tradición de cada hogar.
Con el paso de las décadas, la receta se transmitió de generación en generación, consolidándose como un imprescindible de las cenas navideñas mexicanas.
Entonces, ¿cuál es el verdadero origen de la ensalada de manzana?
Más que afirmar que la ensalada de manzana se inventó en México, lo correcto es distinguir dos etapas de su historia:
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Origen remoto: la Waldorf salad creada en Nueva York en 1896.
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Origen mexicano: una reinterpretación del siglo XX que transformó una ensalada salada en un platillo dulce, cremoso y profundamente ligado a la Navidad.
Hoy, la ensalada de manzana es un ejemplo claro de cómo la gastronomía evoluciona gracias al intercambio cultural, hasta convertirse en parte esencial de la identidad culinaria de un país.







