Coacalco Ignora la Regulación Alimentaria en Escuelas

Comida chatarra-Escuelas
Comida chatarra-Escuelas

En el municipio de Coacalco, Estado de México, la regulación sobre la venta de alimentos y bebidas dentro de las instituciones educativas está siendo notablemente ignorada. A pesar de los esfuerzos legislativos por mejorar la nutrición infantil, padres y profesores reportan una realidad preocupante en las escuelas del Sistema Educativo Estatal.

Falta de Información y Vigilancia

Desde 2010 y con una reforma en 2014, se establecieron lineamientos específicos destinados a regular la oferta de alimentos en las escuelas, con el objetivo de combatir problemas como la obesidad infantil. Estas normativas incluyen sanciones claras bajo la Ley General de Educación para aquellos que no las cumplan. Sin embargo, Margarita, madre de alumnos de la escuela primaria Niños Héroes, señala que tanto las autoridades educativas como los centros escolares parecen desconocer estas disposiciones o, peor aún, optan por no aplicarlas.

Impacto en la Salud y Aprendizaje de los Estudiantes

La situación actual en las escuelas de Coacalco es alarmante. Los niños consumen hasta el 50% de sus calorías diarias en productos de bajo valor nutricional, afectando no solo su salud física sino también su rendimiento académico. Profesionales médicos del IMSS destacan que el alto contenido de grasas, azúcares y sodio en estos alimentos puede disminuir significativamente la capacidad de atención y aprendizaje de los estudiantes.

El Ambiente Obesogénico en las Escuelas

Datos de la plataforma “Mi Escuela Saludable” evidencian que las instituciones siguen promoviendo un ambiente obesogénico. Los reportes indican que en muchas escuelas aún se venden refrescos y comida chatarra, mientras que las opciones de frutas y verduras son escasas o inexistentes. Esto se da en un contexto donde el 30% de la población infantil en el estado presenta problemas de sobrepeso u obesidad.

Ausencia de Comités Reguladores

Un elemento crucial en la implementación de estas políticas es el “Comité de Establecimientos de Consumo Escolar”, cuya función es asegurar que solo se ofrezcan alimentos saludables en los centros educativos. Margarita destaca la ausencia de estos comités en las escuelas de Coacalco, lo que contribuye a la persistencia del problema.

Voces de los Educadores

Maestros de varias escuelas estatales, quienes prefieren mantener el anonimato, afirman que la falta de conocimiento y seguimiento de estos lineamientos es generalizada. No solo se ignoran las reglas, sino que también falta una oferta alimentaria que promueva hábitos saludables entre los estudiantes.

En conclusión, el caso de Coacalco refleja un desafío mayor en el cumplimiento de políticas de salud pública en el ámbito escolar. Para cambiar esta realidad, es fundamental que tanto las autoridades como los centros educativos se comprometan seriamente con la educación nutricional y el bienestar de los estudiantes. Solo así podremos esperar una generación futura más saludable y mejor preparada para los retos del mañana.

Este artículo busca concientizar y movilizar a la comunidad educativa y las autoridades pertinentes para que tomen cartas en el asunto y aseguren un futuro más saludable para nuestros niños.