El Estado de México volvió a colocarse entre las entidades con mayor número de reportes por violencia contra la mujer. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a junio de este año se registraron 21,971 llamadas de auxilio relacionadas con agresiones hacia mujeres, una cifra que lo coloca en la tercera posición a nivel nacional.
Las estadísticas revelan que el territorio mexiquense concentró el 15% del total de llamadas por incidentes de violencia de género realizadas en todo el país durante el primer semestre. Este porcentaje confirma la permanencia de un fenómeno que continúa afectando de manera directa a miles de mujeres y que demanda respuestas institucionales más contundentes.
Los reportes incluyen solicitudes de atención por amenazas, agresiones físicas, violencia familiar, violencia sexual y situaciones de riesgo inmediato. Cada llamada representa un episodio en el que la integridad o la vida de una mujer pudo haber estado comprometida.
Dentro de la entidad, los municipios con mayor concentración de denuncias fueron Chimalhuacán y Ecatepec, ambos en la zona del Valle de México. Estas localidades han registrado históricamente altos niveles de violencia contra la mujer, y los datos del SESNSP muestran que la tendencia continúa sin una disminución significativa.
Organizaciones civiles y especialistas en seguridad han señalado que en estas zonas persisten factores estructurales como la falta de infraestructura urbana, la desigualdad económica, la insuficiencia de espacios seguros y la debilidad en los mecanismos de denuncia, lo cual contribuye a un entorno donde la violencia se reproduce con facilidad.
Ante este panorama, colectivos feministas, activistas y defensoras de derechos humanos insisten en la urgencia de fortalecer las políticas preventivas, ampliar la cobertura de los refugios para víctimas y acelerar la respuesta de las instituciones encargadas de atender emergencias y brindar protección.
Asimismo, especialistas recomiendan mejorar los mecanismos de seguimiento a las denuncias, garantizar la capacitación continua de las policías municipales y estatales, y generar campañas permanentes de sensibilización que promuevan la denuncia y la prevención.
En conclusión, el comportamiento de los indicadores durante los primeros seis meses del año anticipa un escenario desafiante para la segunda mitad. Mientras tanto, el Estado de México enfrenta el reto de disminuir una problemática que afecta de manera directa la seguridad, la salud emocional y la vida de miles de mujeres.







