El gobierno de Estados Unidos ha delegado la inspección de huertos de aguacate a las autoridades mexicanas, ante el aumento de la violencia en Michoacán, uno de los principales estados productores. Esta medida responde a la creciente inseguridad en la región, donde el crimen organizado ha incrementado sus actividades, poniendo en riesgo la integridad de los inspectores estadounidenses.
Con esta transferencia de responsabilidad, las autoridades mexicanas supervisarán los procesos de exportación, lo que genera dudas sobre el control de calidad y los desafíos logísticos que esto implica.
El mercado de exportación de aguacate mexicano, valorado en miles de millones de dólares, podría enfrentar mayores presiones si la situación de violencia no mejora. Michoacán produce más del 80% del aguacate que se exporta a EE.UU., el principal consumidor mundial de este producto.
Las autoridades mexicanas deberán garantizar que la nueva modalidad de inspección cumpla con los estándares exigidos por el mercado estadounidense. Esta decisión también refleja la necesidad urgente de abordar la inseguridad en el campo mexicano, donde los agricultores enfrentan extorsiones y amenazas constantes.
El cambio en los procesos de inspección podría generar incertidumbre a corto plazo para los exportadores. Las empresas deben adaptarse rápidamente a las nuevas reglas y asegurarse de que la documentación esté en orden para evitar retrasos. Aunque la medida busca proteger a los inspectores estadounidenses, plantea interrogantes sobre la capacidad de las autoridades mexicanas para gestionar este proceso eficientemente.
La violencia vinculada al crimen organizado no es un problema nuevo en la región, pero su intensificación ha forzado a tomar decisiones drásticas. Las autoridades mexicanas, en conjunto con el sector agroindustrial, deberán implementar estrategias que protejan tanto a los agricultores como a los trabajadores involucrados en la cadena de producción y exportación.
En conclusión, el traspaso de responsabilidades en la inspección de huertos de aguacate de EE.UU. a México representa un desafío para la industria, que depende de la estabilidad y seguridad en Michoacán. Este cambio, impulsado por la violencia, obliga a replantear cómo mantener el flujo comercial mientras se protege a quienes trabajan en el sector.