A partir de este martes, los aranceles del 25% impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las importaciones de México y Canadá han entrado en vigor, generando tensiones comerciales entre los tres socios del T-MEC. Estas medidas afectan un comercio bilateral anual de aproximadamente 2.2 billones de dólares y coinciden con el aumento de los aranceles a productos chinos hasta el 20%.
Trump justificó esta decisión alegando que México y Canadá no han hecho lo suficiente para frenar el flujo de fentanilo y sus precursores químicos hacia territorio estadounidense. Sin embargo, esta medida podría afectar gravemente la economía mexicana, especialmente en sectores como el automotriz, energético y agroalimentario.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció que su país responderá con aranceles inmediatos del 25% sobre importaciones estadounidenses por un valor de 20,700 millones de dólares. Además, advirtió que, si las tarifas siguen vigentes en 21 días, aplicará aranceles adicionales por 86,200 millones de dólares.
Por su parte, se espera que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anuncie la respuesta de su gobierno en una conferencia de prensa, según informó la Secretaría de Economía.
Las tarifas afectan principalmente la exportación de productos manufacturados, automóviles y maquinaria. Empresas mexicanas podrían enfrentar costos más altos y retrasos en la cadena de suministro. Expertos advierten que esta medida podría empujar a América del Norte hacia una recesión.
Además, el sector agrícola estadounidense también podría sufrir, ya que China ha anunciado posibles represalias enfocadas en productos como la soya y el maíz, beneficiando a exportadores brasileños.
A la par de las medidas contra México y Canadá, Trump también aumentó los aranceles a los productos chinos. A partir de esta semana, las importaciones de productos tecnológicos como smartphones, laptops y consolas de videojuegos enfrentarán un arancel del 20%.
China ha respondido con advertencias de represalias comerciales, las cuales podrían incluir restricciones a productos agrícolas y tecnológicos estadounidenses. Esta escalada comercial ya ha generado caídas en los mercados financieros globales.
Con estas medidas, Trump refuerza su política de “America First” y busca reestructurar los acuerdos comerciales internacionales. Sin embargo, los economistas advierten que los aranceles podrían generar un aumento en los costos de productos, afectando a los consumidores y a las empresas en ambos lados de la frontera.
En los próximos días, se espera que México y Canadá anuncien sus estrategias de respuesta, lo que podría intensificar las tensiones económicas en la región norteamericana.
En conclusión, la imposición de aranceles por parte de Trump marca un nuevo episodio de incertidumbre comercial para México. Las repercusiones podrían extenderse a sectores clave de la economía y afectar el crecimiento económico de la región. Ante esta situación, el gobierno mexicano enfrenta el desafío de negociar y mitigar los efectos de esta guerra comercial en ascenso.