El inicio del proceso electoral en el Estado de México estuvo marcado por una gestión desastrosa del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), bajo la dirección de Amalia Pulido. La jornada del ayer se sumió en el caos cuando el IEEM, demostrando una falta alarmante de eficacia y preparación, retrasó el arranque oficial del proceso por más de una hora, provocando incertidumbre y frustración entre los candidatos y electores.
La carencia de claridad y decisión precipitó la cancelación de los eventos de campaña planificados, lo que no solo desorganizó las agendas sino que expuso a los candidatos al riesgo de incurrir en actos anticipados de campaña, con las consiguientes sanciones.
La sesión del IEEM, que no comenzó hasta las 23:30 horas de este sábado35 de abril, resultó en la aprobación de solo nueve candidaturas independientes para alcaldías y la lista de candidatos plurinominales. Los asuntos críticos como la paridad de género quedaron en el limbo, y la presidenta del instituto, Amalia Pulido, solo atinó a declarar un receso, aplazando la resolución hasta bien entrada la medianoche. Este manejo deficiente de la situación culminó a la 1:00 de la mañana del domingo, dejando un sabor amargo y preguntas sin responder.
Ricardo Moreno, candidato a la alcaldía de Toluca por Morena, no ocultó su indignación, calificando la situación de “gravísima” y un “atentado a los derechos políticos de los ciudadanos mexiquenses”. Este sentimiento fue compartido por otros muchos, quienes criticaron duramente al IEEM por su falta de profesionalismo y responsabilidad.
La serie de fallos de esta entidad no solo pone en duda su capacidad para administrar eventos de crucial importancia, sino que también socava la confianza en el sistema electoral, esencial para la democracia en el estado. El IEEM debe enfrentar no solo la crítica pública sino la exigencia de una reforma interna significativa para prevenir que un colapso administrativo de esta magnitud se repita. La integridad del proceso electoral depende de la habilidad del IEEM para superar sus propias deficiencias administrativas y legales, un desafío que hasta ahora parece estar más allá de su capacidad actual.
