El 15 de agosto de 2021, Myrna Araceli García Morón asumió la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), tras una ceremonia en el Congreso mexiquense. Con un mandato que está próximo a concluir en diciembre de este año, su gestión ha sido objeto de críticas debido a la falta de resultados tangibles y significativos en la defensa de los derechos humanos en la entidad.
Cambios superficiales y falta de impacto en la CODHEM
Desde su llegada a la CODHEM, las expectativas en torno a la administración de García Morón eran altas, especialmente en un estado con problemáticas graves como la sobrepoblación carcelaria, la extorsión dentro de las prisiones y las violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, según fuentes internas de la Comisión, lo más destacable de su gestión fue el cambio del logotipo institucional, dotando a la Comisión de un matiz político que, como todo parece indicar, desaparecerá tan pronto termine su periodo.
El desempeño de García Morón ha sido calificado como “insípido” por sus colaboradores y críticos, quienes señalan que la CODHEM se ha convertido en un “elefante blanco”. A pesar de contar con recursos y personal suficiente, los avances en la protección y promoción de los derechos humanos han sido prácticamente inexistentes.
El programa de despresurización carcelaria: una oportunidad desperdiciada
Uno de los principales retos que enfrentó la CODHEM durante el mandato de García Morón fue el seguimiento y apoyo al programa de despresurización carcelaria, una iniciativa impulsada por el Poder Judicial del Estado de México. Este programa buscaba la liberación de personas encarceladas injustamente o que ya habían cumplido gran parte de su condena.
Pese a las expectativas generadas, los resultados han sido mínimos. Hasta la fecha, solo unas veinte mujeres han sido liberadas bajo este programa, mientras que ningún hombre ha logrado recuperar su libertad. Lo más preocupante es que la participación de la CODHEM en este proceso fue limitada, dejando gran parte del trabajo a los jueces que revisaron las penas.
Cárceles en el Estado de México: extorsión y violencia sin respuesta
Las cárceles del Estado de México continúan siendo focos de violaciones a los derechos humanos, donde las extorsiones y el maltrato hacia los internos son una constante. A pesar de las denuncias y la visibilidad que se ha dado a esta problemática, la CODHEM, bajo el liderazgo de García Morón, no ha logrado implementar acciones efectivas para combatir estas prácticas.
Quienes no pueden pagar por su protección dentro de los centros penitenciarios sufren abusos físicos y psicológicos. Sin embargo, en lugar de actuar de manera contundente, la Comisión ha mantenido un papel pasivo, sin ofrecer soluciones concretas o políticas públicas que ayuden a cambiar esta realidad.
Una presidencia que pasará desapercibida
Con su salida programada para diciembre, la gestión de Myrna Araceli García Morón al frente de la CODHEM deja un sabor amargo en la sociedad mexiquense. Las esperanzas de que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México se consolidara como un verdadero defensor de los derechos ciudadanos se han desvanecido con una administración que dejó mucho que desear.
En definitiva, la gestión de García Morón se perfila para ser recordada más por los cambios estéticos que por acciones significativas en la defensa de los derechos humanos. La inercia y la falta de resultados palpables harán que su paso por la CODHEM sea rápidamente olvidado, dejando tras de sí una institución que necesita con urgencia un liderazgo más comprometido y eficaz.