Toluca es una ciudad en crecimiento donde el uso de la bicicleta se ha convertido en una alternativa de movilidad sostenible. Sin embargo, pese a que el gobierno local reporta la existencia de más de 3 mil ciclistas, la falta de infraestructura adecuada, la escasa cultura vial y los problemas de seguridad han reducido la efectividad de las ciclovías en la capital mexiquense.
Uno de los principales ejemplos de esta problemática es la ciclovía de la avenida Miguel Hidalgo, que constantemente es invadida por automovilistas que la utilizan como estacionamiento. Esta situación no solo impide el libre tránsito de los ciclistas, sino que también los obliga a exponerse al tráfico vehicular, aumentando el riesgo de accidentes.
A estos problemas se suman otros factores como:
- Falta de iluminación, lo que hace que los ciclistas sean vulnerables a accidentes y actos delictivos.
- Baches y mal estado de la vía, dificultando la circulación segura.
- Asaltos frecuentes, generando miedo e inseguridad entre los usuarios.
- Motociclistas que utilizan la ciclovía de manera indebida, poniendo en peligro a los ciclistas.
- Obstrucción por pasto crecido y falta de mantenimiento, reduciendo la visibilidad y la comodidad del trayecto.
La falta de infraestructura adecuada para los ciclistas no solo afecta su movilidad, sino que también tiene un impacto en la seguridad vial. Toluca y su zona metropolitana ocupan el quinto lugar a nivel nacional en atropellamientos, una estadística alarmante que evidencia la urgente necesidad de mejorar las condiciones para quienes optan por la bicicleta como medio de transporte.
Para que las ciclovías en Toluca cumplan su función y realmente fomenten el uso de la bicicleta, es fundamental implementar las siguientes acciones:
- Mayor vigilancia y aplicación de sanciones a los automovilistas que invaden las ciclovías.
- Mejor mantenimiento de la infraestructura, incluyendo iluminación, bacheo y poda de áreas verdes.
- Campañas de concientización sobre cultura vial, dirigidas a conductores y peatones para respetar a los ciclistas.
- Revisión de las rutas de ciclovías para asegurar su funcionalidad y conectividad con otros puntos estratégicos de la ciudad.
- Incremento de la seguridad pública en zonas de alto riesgo, para reducir los asaltos a ciclistas.
En conclusión, el crecimiento del ciclismo en Toluca es innegable, pero sin una infraestructura adecuada y condiciones seguras, muchos ciudadanos seguirán optando por otros medios de transporte. La inversión en ciclovías bien planeadas y seguras no solo beneficiaría a los ciclistas, sino que también contribuiría a una movilidad urbana más eficiente y sustentable. Es momento de que autoridades y ciudadanos trabajen juntos para hacer de Toluca una ciudad más segura y amigable para los ciclistas.