En medio del fervor político que caracteriza las campañas electorales, una polémica ha surgido en la Ciudad de México. Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, candidatos del PAN-PRI-PRD, han levantado la voz para denunciar lo que consideran una estrategia de desinformación por parte de Morena. En el centro de la controversia se encuentra una carta distribuida por este partido, que según los denunciantes, tergiversa la realidad sobre los programas sociales en caso de que resulten victoriosos en las próximas elecciones.
El núcleo de la denuncia gira en torno a una misiva con los logotipos de “Claudia Sheinbaum presidenta” y “Clara Brugada jefa de Gobierno”, que según Xóchitl y Taboada, busca sembrar el miedo entre los ciudadanos al insinuar que los programas sociales estarían en peligro si los candidatos de oposición alcanzan el poder. En un contundente video grabado por ambos candidatos, se exhibe la carta en cuestión, mientras Taboada hace un llamado a la calma, asegurando que los programas sociales existentes serán mantenidos y mejorados en caso de una victoria de su coalición.
El “salario rosa chilango”, dirigido a las mujeres, es uno de los programas emblemáticos propuestos por Taboada en su plataforma electoral, que busca empoderar económicamente a este sector de la población. Ante las acusaciones de desesperación por parte de Morena, Taboada responde con determinación, afirmando que están ganando la elección y que las tácticas de desinformación no harán mella en el apoyo ciudadano.
Xóchitl, por su parte, concluye la denuncia con un llamado a la verdad y la transparencia, proclamando un rotundo “basta” a los engaños y malos gobiernos. Su mensaje es claro: mientras Morena se va, los programas sociales permanecerán intactos, independientemente del resultado de las elecciones.
La denuncia realizada por Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada pone de relieve la importancia de la transparencia y la veracidad en el proceso electoral. En un contexto donde la información puede ser manipulada con fines políticos, es fundamental que los ciudadanos cuenten con datos verídicos para tomar decisiones informadas. Más allá de las disputas partidistas, la protección y mejora de los programas sociales debe ser una prioridad indiscutible para cualquier gobierno que aspire a representar verdaderamente los intereses de la ciudadanía.
